Las cónyuges son Hiroko Masuhara, de 37 años, y Koyuki Higashi, de 30, que ya tienen el primer certificado oficial de su unión en Japón. La obtuvieron este miércoles en el ayuntamiento del barrio de Shibuya, en Tokio. A partir de hoy habrá más parejas que reciban estos documentos.
Lo malo es que esta unión, pese a haber sido expedida por un organismo oficial, aún no es de carácter vinculante y queda lejos de un matrimonio o una pareja de hecho. Se trata de un certificado que permite a las parejas realizar trámites como alquilar apartamentos conjuntamente o ser tratados como familiares en hospitales, por ejemplo.
Este documento local se aprobó en marzo de este año en el barrio de Shibuya, siendo el primer lugar en Japón donde es posible. Otro barrio de Tokio, Setagaya, aprobó un documento similar unos meses después. De este modo, para conseguir este certificado hay que ser residente de una de estas dos demarcaciones, consideradas las más ricas de la capital nipona.
Aunque empiece a haber algunas regulaciones locales que sí intentan avanzar, aún no hay una legislación nacional que impida las discriminaciones hacia parejas del mismo sexo o regule el matrimonio igualitario. Salir del armario en Japón puede significar ser despedido o desalojado y que sea denegada la atención sanitaria sin posibilidad de respuesta legal. No obstante, Japón a nivel social es de los países más tolerantes con la homosexualidad de Asia.
No obstante, todos estos impedimentos no significan que esta unión haga menos felices a la pareja de enamoradas: "me emociona que la ciudad en la que vivo reconozca a mi pareja como mi familia", declaró una feliz Hiroko, conocida activista de la comunidad LGTB.
Esta no es la primera vez que se celebra una ceremonia gay en Japón. De hecho, las propias Hiroko y Koyuki protagonizaron la primera "boda" (sin validez oficial) homosexual que se ofició en el Disneyland de Tokio en el año 2013 como parte de su activismo para dar relevancia pública a la comunidad gay en Japón.