Cuando se cumple un mes del brutal asesinato de Samuel Luiz, el joven de 24 años de A Coruña apalizado hasta la muerte en la madrugada del 3 de julio al grito de "maricón", se conocen más detalles sobre el crimen habiéndose levantado el secreto de sumario.
José Miñones, delegado del Gobierno en Galicia, ha revelado que fueron "seis minutos fatales, seis minutos de agresión a lo largo de unos 150 metros". El joven murió por traumatismos provocados por la multitud de golpes que recibió, la mayoría de ellos en la cabeza. Los agresores, además, también podrían haber utilizado una arma corta y contundente de punta metálica llamada kubotán, encontrada en la casa de uno de los menores detenidos, y una botella.
Esta botella fue hallada rota en casa de otro de los presuntos agresores con el ADN de Samuel y del detenido. Pudo romperse en el impacto, Samuel tenía en la cabeza una herida abierta de 10 centímetros. Pedro Aguado. comisario jefe de la policía judicial de A Coruña, ha sido contundente definiendo el suceso como "una agresión que se convierte en la eliminación de un ser humano".
El ADN encontrado tanto en la botella como en el cuerpo y la ropa de Samuel apunta directamente a dos de los detenidos. Uno de ellos habría tratado de estrangular a la víctima realizándole la técnica del 'mataleón' mientras que el otro, subido sobre él, le propinaba múltiples puñetazos en la cara.
¿También intentaron matar a Ibrahima?
Los acusados del crimen de Samuel Luiz también están siendo investigados por un posible delito de homicidio en grado de tentativa por las lesiones que le causaron a Ibrahima Diack, el hombre senegalés que auxilió al joven. El hombre "cubrió con su cuerpo" al joven Samuel recibiendo por ello "agresiones que pudieron acabar con su vida".