O la quieres o la odias, no hay punto intermedio. La pizza de piña es uno de los temas que más convulsiones ha provocado en la corta historia de este siglo XXI, y si no que se lo digan a todas las relaciones de amistad que se han roto porque nunca se llegó a un acuerdo sobre la pizza a pedir. De hecho, una de las decepciones más grandes que se puede producir dentro de una relación de amistad es que a la otra persona le guste la pizza de piña o viceversa.
Pues bien, personas que odian la pizza con piña, si queréis huir de ese despropósito culinario a un lugar seguro, donde poder estar de acuerdo con todo el mundo a la hora de llamar a una pizzería, huid a Islandia, ya que su presidente, Gudni Thorlacius Jóhannesson, quiere prohibir la pizza de piña, o al menos la prohibiría.
Así lo declaraba, en clave de humor, durante una visita a una escuela primaria de Akureyri, en el norte de Islandia, cuando un niño pequeño le preguntaba si le gustaba la pizza con piña. "Si tuviera el poder, haría una ley para prohibirla", contestaba Jóhannesson, ante los ojos vidriosos del niño, que veía la posibilidad de que su plato favorito desapareciera del país.
No obstante, y como hemos referido, el presidente dio la respuesta de forma humorística, y en ningún momento habló en serio. Sin embargo, el pánico ha cundido entre los habiantes de Islandia, y el propio presidente ha tenido que utilizar su cuenta de Facebook para aclarar el suceso: "No tengo el poder de hacer leyes que prohiban a la gente poner piña en la pizza, Y estoy contento de no tenerlo", explicaba Jóhannesson.
Así mismo, aprovechaba la ocasión y añadía:
Los presidentes no deberían tener poder infinito. No me gustaría ostentar este cargo si pudiera hacer leyes prohibiendo lo que no me gusta. No me gustaría vivir en un país así. Por lo que respecta a las pizzas, yo recomiendo ponerles marisco
El origen del culpable del mayor cisma mundial
A pesar de ser conocida como pizza hawaiana, nada tiene que ver con el país tropical. La pizza con piña es creación de un chef canadiense, Sam Panopoulos, que fue el primero en añadir dicho ingrediente en el Satellite Restaurant de Ontario (Canadá).
Sin embargo, no es Canadá sino Australia el lugar donde más popularidad tiene esta combinación, ya que alcanza el 15% de las ventas totales del país. Y ciertamente, los australianos son los más sabios, ya que la ciencia les ha dado la razón, químicamente el jugo de piña dulce contiene unas enzimas que logran que la proteína de la carne del cerdo sea más rica en sabor y más sensible al gusto, aunque ya sabemos que sobre estos, no hay nada escrito.