Ha comenzado la purga en Chechenia. Hace varias semanas saltó la noticia de que en la república de la Federación Rusa se estaban llevando a cabo secuestros y torturas de homosexuales obligándolos a difundir los contactos personales de otros hombres gays. Ante el estallido que supuso semejante noticia, el portavoz del gobierno checheno la negó con unas incendiarias declaraciones: "no puedes detener a personas que no existen en nuestra república. Si personas así existiesen en Chechenia, las fuerzas del orden público no tendrían que preocuparse de ellas: sus propias familias se encargarían de enviarlas donde no pudiesen volver".
La realidad, sin embargo, resultó ser mucho más dura. El diario ruso Nóvaya Gazeta publicó que el el Gobierno liderado por Ramzán Kadýrov y amparado por Moscú cuenta en su poder con uncampo de concentración en el que reprimir a las personas homosexuales. El campo se encontraría en la la ciudad de Argún, instalado en un antiguo complejo militar en desuso desde hacía varios años. Sin embargo, el diario de la oposición al Kremlim ha señalado la existencia de más centros que se mantienen ocultos.
Pese a los intentos por ocultar la realidad -incluyendo amenzas de muerte a los periodistas del diario que sacaron a la luz la persecución contra la comunidad LGTBI- finalmente ha sido el propio Kadýrov quien ha acabado desemascarándose como el responsable de la campaña de depuración que pretende exterminar a la comunidad gay del país.
El presidente checheno ya había cargado contra las "autodenominadas organizaciones de derechos humanos", que según él estaban "usando los métodos más indignos, distorsionando la realidad, para intentar mancillar nuestra sociedad, estilo de vida, tradiciones y costumbres". Esta vez ha optado por una clara amenaza.
Ramzán Kadýrov pretende eliminar a todos los homosexuales de cara a la celebración del Ramadán. La amenaza, lanzada en medios rusos, ha sido confirmada por grupos pro derechos humanos y también por el Secretario de Estado para Asuntos Exteriores de Reino Unido, que hace pocos días trasladaba su preocupación al Parlamento británico, según recoge Pink News.
El Ramadán comienzo el 26 de mayo, por lo que queda poco más de un mes durante el que llevar a cabo el genocidio.
La tibia respuesta de la Comunidad Internacional
Por el momento solo se ha pronunciado la Unión Europea al respecto. En un comunicado firmado por la portavoz de la responsable de exteriores, Federica Mogherini, ha pedido que "cualquiera que sea declarado culpable o cómplice de semejantes crímenes comparezca ante la justicia" y ha lamentado que estas acciones se sumen "a las graves violaciones de los derechos humanos se sumen a la larga lista de abusos en Chechenia".
"En vez de apoyar los derechos de las víctimas, algunos funcionarios de la República de Chechenia han llegado a intentar justificar la violencia contra ellas", ha declarado la portavoz, que ha recordado los compromisos firmados por la República en materia de Derechos Humanos.
Recordemos que Rusia, a quien pertenece oficialmente esta república federada, ha firmado y ratificado el acuerdo internacional CCPR, es decir, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y que por ello se compromete a "respetar y garantizar todos los derechos humanos reconocidos internacionalmente" en el interior de su territorio. El texto prosigue: "deben de abstenerse de violar estos derechos -'respetar'- pero también adoptar medidas positivas para que los derechos sean efectivos -'garantizar'-". Y aquí es donde nos preguntamos para qué sirven los acuerdos en materia de derechos humanos, y si son únicamente papeles de buenas intenciones para que cada cual se lave la cara ante la Comunidad Internacional, mientras que de puertas para dentro continúa haciendo lo que considere oportuno. Porque no, en Rusia no se respetan los Derechos Humanos.
Lo que vive Chechenia en estos momentos podría ser considerado un genocidio, un apartheid en toda regla. Todos recordamos la Guerra de Serbia o el Genocidio de Ruanda. La Comunidad Internacional se deshizo por aquel momento en bellas palabras a favor de los derechos de las personas discriminadas. Nadie actuó. La historia ahora lo recuerda. Aún estamos a tiempo.