Fuerte crisis política en Georgia. La Comisión Electoral Central ha concedido la victoria en las elecciones al partido gobernante, Sueño Georgiano, con más del 54% de los votos. Solo un día después, la presidenta del país, Salomé Zurabishvili, ha manifestado que no reconoce los resultados y ha achacado el veredicto a una intervención desde el Kremlin.
Salomé Zurabishvili es abiertamente partidaria de la integración en la Unión Europea y alinear el país con las potencias occidentales. Por el contrario, la candidatura Sueño Georgiano, que encabeza Bidzina Ivanishvili, un oligarca que amasó toda su fortuna en Rusia, es partidario de situar a su país en los intereses del Kremlin y ha impulsado normas similares a las adoptadas por Moscú, que persiguen a las personas LGTBI o las libertades civiles y de expresión.
Los partidos de la oposición han denunciado un "golpe constitucional" y se han negado a reconocer los resultados, que todas las partes han definido como "crucial" para el futuro de un país entre dos bandos.
La oposición denuncia que un refuerzo del Gobierno supondrá el final del sistema democrático en el país, mientras que los partidarios de Sueño Georgiano defienden sus posturas ante la necesidad de "mantener la paz" con Rusia.
"Nada puede legitimar estas elecciones"
Ante los resultados que mantienen en el poder a Sueño Georgiano, la presidenta del país ha llamado a una manifestación este lunes, 28 de octubre, en la avenida Rustaveli, calle principal de la capital junto al Parlamento, para desde las 19:00 horas manifestar el rechazo a los resultados oficiales: "Nada puede legitimar estas elecciones", ha manifestado.
Zurabishvili denuncia que estas elecciones han supuesto un "fraude" y un "robo" de votos. "Fuimos testigos y víctimas de una operación especial rusa", ha afirmado. Unas declaraciones en la línea de las manifestaciones de los observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), que han denunciado un "retroceso democrático" y un clima de "odio e intimidación".
La delegación del Parlamento Europeo, encabezada por el español Antonio López-Istúriz, ha denunciado el "relleno de urnas con papeletas, expulsión de los medios de los puntos de votación" y la "intimidación de los votantes". "No siempre se garantizó el secreto del voto", ha incidido.
"Cuando dijimos que no reconocemos los resultados electorales, eso significa que no vamos a entrar en el parlamento", ha avanzado la líder de Unidad UNM, Tina Bokuchava, cuyos miembros no tomarán posesión de sus cargos. También renuncian los diputados de Coalición por el Cambio, cuya líder, Nana Malasia, ha defendido su postura: "Entré en política por mis ideas y para proteger los intereses de este país".
