Paul Krugman, economista estadounidense y premio Nobel en esta categoría en 2018, ha querido dar su opinión sobre la estrategia de vacunación en Europa en una columna en The New York Times. "En este momento crucial de la pandemia del Covid-19, cuando las nuevas vacunas finalmente ofrecen una perspectiva realista de volver a la vida normal, la política en la Unión Europea ha estado marcada por un error tras otro", ha criticado Krugman.
El economista ha querido recalcar que "Estados Unidos tiene mucho que aprender de los logros de las políticas de Europa, especialmente en términos de sanidad. Todas las naciones europeas ricas ofrecen un seguro médico universal y gastan mucho menos que nosotros, a pesar de que nuestro sistema deja a decenas de millones sin seguro".
Sin embargo, a la hora de manejar la distribución de las vacunas contra el coronavirus, "Gran Bretaña y Estados Unidos han administrado alrededor de tres veces más dosis que Francia o Alemania". En la Unión Europea los países "todavía están rezagados", administrando vacunas a la mitad de velocidad que en el país norteamericano.
Miles de muertes innecesarias
Paul Krugman ha advertido que esta "debacle" con las vacunas en Europa "acabará provocando miles de muertes innecesarias". Estos errores no son "casos aislados", sino que reflejan los "defectos fundamentales en las instituciones y actitudes del continente", incluida la misma "rigidez burocrática e intelectual que hizo que la crisis del euro hace una década fuera mucho peor de lo que debería haber sido".
Respecto a las causas de este "fracaso europeo", parecen ser "complejas", aunque todo apunta a que "los funcionarios europeos no solo eran reacios al riesgo, sino también reacios a los riesgos equivocados". Hubo un exceso de preocupación por "la posibilidad de que pudieran terminar pagando demasiado a las compañías farmacéuticas o descubrir que habían destinado dinero para vacunas que resultaran ineficaces o tener efectos secundarios peligrosos".
Entonces, retrasaron el proceso de adquisición, regatearon los precios y se negaron a otorgar exenciones de responsabilidad. "Parecían mucho menos preocupados por el riesgo de que muchos europeos pudieran enfermarse o morir porque el lanzamiento de la vacuna era demasiado lento", critica el premio Nobel.
La crisis del euro
"Los eurócratas parecen obsesionados por el temor de que alguien, en algún lugar, ya sean empresas farmacéuticas o empleados del sector público griego, se esté saliendo con la suya", continúa Krugman, quien compara la situación actual con la crisis del 2008.
"Durante la crisis del euro, esta actitud llevó a la imposición de políticas de austeridad duras y destructivas a las naciones deudores, para que no pudieran pagar un precio suficiente por la irresponsabilidad fiscal pasada", recalca. En esta ocasión, Europa se centró en llevar a cabo "una negociación dura con las compañías farmacéuticas, incluso a costa de una demora posiblemente mortal, para que no haya ningún indicio de lucro".
Algo que en Estados Unidos, que actualmente tiene casi a un 40% de la población vacunada, no ha ocurrido. "En Estados Unidos tenemos una actitud demasiado relajada con las ganancias corporativas la mayor parte del tiempo, pero en este caso nos vino bien", ya que, según el premio Nobel, "no han escatimado ni un centavo en esta crisis sanitaria".