El Gobierno de Mariano Rajoy y el PSOE de Pedro Sánchez coinciden, por primera vez en mucho tiempo, en algo. Ambos dirigentes políticos de las formaciones que conformaban el antiguo bipartidismo nacional aseguran que la solución al enfrentamiento de Cataluña con España pasa por la convocatoria inmediata de unas elecciones autonómicas anticipadas, ocurra lo que ocurra en los próximos días.
El adelanto de los comicios podría surgir en cualquiera de los escenarios que se planteen. Carles Puigdemont puede convocarlos como respuesta al requerimiento enviado por parte del Gobierno en aplicación del artículo 155 de la Constitución, si se ve forzado por la ruptura del consenso entre las fuerzas independentistas del Parlament. Sin embargo, si el Govern no renuncia a la Declaración Unilateral de Independencia (DUI) y decide continuar con el incumpliento a las leyes, la puesta en marcha del 155 desembocaría en una nueva cita con las urnas para los catalanes.
Vuelta a la legalidad
El Gobierno central asegura que el envío de un requerimiento es un paso previo antes de aplicar la suspensión de la autonomía de Cataluña, una opción no deseada por ninguna de las partes, pero que resultaría efectiva para devolver la legalidad a una comunidad declarada en rebeldía.
Esta petición de Rajoy a que Puigdemont aclare si hay declarado o no la independencia da un margen para que el President de la Generalitat pueda reconducir la situación y situar a los catalanes dentro del orden constitucional roto los días 6 y 7 de septiembre. Durante estas jornadas, el Parlament aprobó las leyes del referéndum y de transitoriedad política en un ambiente que fue denunciado por la oposición como irregular y antidemocrático por las prisas con las que sucedió y la restricción del debate político.
Desde el Gobierno de Rajoy son conscientes de la dificultad que supondría para Puigdemont renunciar a la declaración de independencia fugaz y ambigua. El bloque independentista se podría ver afectado, rompiendo la unidad y provocando un escenario de inestabilidad que probablemente desembocaría en nuevas elecciones. Si no renuncia a la DUI, el escenario del 155 acabaría provocando el mismo resultado.
Pacto satisfactorio entre PSOE y PP
En el Ejecutivo popular se encuentran satisfechos. La negociación entre los partidos constitucionalistas -PP, PSOE y Ciudadanos- traslada una percepción de seriedad institucional, según afirman en el PP, dentro de España y de cara al exterior. Sobre todo ahora que la imagen del país ha empeorado debido a las cargas policiales del 1-O y a la inexistencia del diálogo por parte de ambos bandos enfrentados. Sin embargo, el acuerdo que interesa sobre todo a Rajoy es el alcanzado con el PSOE, la otra pata del sistema político tradicional español y el partido líder de la oposición.
Pedro Sánchez, el reelegido secretario general del PSOE, ha hecho un paréntesis en su guerra personal con el presidente del Gobierno y el PP en su conjunto y ha tendido la mano al Ejecutivo. Sánchez cree que se deben "convocar elecciones" inmediatamente en Cataluña para dar salida al conflicto Así lo aseguraba en una reunión informal con los periodistas en la recepción del Palacio Real que se celebró durante la Fiesta Nacional del 12 de octubre.
Tweet de la cuenta de Pedro Sánchez en el que traslada su opinión sobre la convocatoria de elecciones en Cataluña:
Si Puigdemont no se siente capaz de volver a la legalidad, debe dar un paso atrás y convocar elecciones.#PedroSánchezEnOndaCeropic.twitter.com/S3rEizi370
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) 11 de octubre de 2017
El dirigente socialista asegura que aún no es evidente la aplicación del 155 y asegura que ahora la decisión de reconducir la situación se encuentra en manos de Puigdemont. Asimismo, acusa al President de haber sido el que "ha suspendido la autonomía de Cataluña" con su ruptura del ordenamiento jurídico del país. Por lo que el 155, en realidad, no estaría suspendiendo la autonomía, sino que la estaría restableciendo.
Dentro de las filas socialistas se encuentran escépticos con la decisión que vaya a tomar Puigdemont con respecto al envío del requerimiento. En el partido presidido por Sánchez temen que la Generalitat, en una respuesta irracional y desesperada, prosiga con sus planes y huya hacia adelante con todas las consecuencias, provocando una verdadera hecatombe política.
En cuanto a la puesta en marcha de una reforma de la Constitución tras seis meses de estudios en una comisión sobre las autonomías anunciada por Sánchez, en el PP se han esforzado en los últimos días por desmentir tal situación. El anuncio del secretario general del PSOE, que sumó puntos a su favor al arrancarle una supuesta reforma de la Carta Magna al PP, queda en entredicho y ensombrecido por la negación de miembros del partido de Rajoy.
El rédito político del conflicto catalán
En el PP no ocultan su satisfacción por el acuerdo al que ha llegado con el PSOE. La idea que se traslada desde el Ejecutivo y los populares en general es que hay que aprovechar esta situación para empoderar la imagen de Rajoy frente a sus adversarios políticos y transmitir a la ciudadanía la buena capacidad de negociación del presidente.
Por su parte, el PSOE asegura que es momento de mostrarse unido y defender las instituciones en una situación de crisis territorial excepcional. Asimismo, Sánchez evita mostrarse preocupado por su acercamiento al PP tras basar su campaña en la carrera hacia la secretaría general del PSOE en una hostilidad constante con los populares. Esta guerra entre Sánchez y PP se vio recrudecida especialmente en el pasado desde que Rajoy y él cruzaran adjetivos despectivos. Sánchez le llamó indecente; Rajoy ruin y el socialista le dijo que no era de fiar. La postura de Unidos Podemos, radicalmente opuesta al PP, no parece preocupar al líder del PSOE.
Las muestras de apoyo por parte de los socialistas se pudieron observar públicamente cuando varios dirigentes y ex dirigentes del partido acudieron en masa y coordinados a la recepción de los reyes del Palacio Real celebrada el Día de la Fiesta Nacional. "Hemos querido decir dónde estamos todos los socialistas", aseguraba la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, durante el desarrollo del acto del 12 de octubre. Entre los asistentes se encontraban los ex presidentes José Luis Rodríguez Zapatero y Felipe González.
Con este acuerdo entre los dos grandes partidos, la postura de Ciudadanos queda relegada a un tercer plano, pese a su empeño en ser bisagra y apoyo incondicional del Gobierno en el conflicto catalán. Y más aún cuando Rajoy se ha sentido incómodo por las exigencias de los de Albert Rivera de que se aplicara de manera inmediata el 155 incluso antes de que Puigdemont compareciera el pasado 10 de octubre.
Unidos Podemos, por su parte, se mantiene fuera del eje creado por los partidos constitucionalistas y continúa reclamando un referéndum pactado y legal en Cataluña para que sus ciudadanos puedan elegir libremente si quieren quedarse en España y en qué condiciones. Iglesias reniega de la aplicación del 155, así como de una declaración unilateral de independencia por parte de Puigdemont. El partido morado asegura que el PP es un problema para España y una máquina de independentistas.