El Congreso no investigará las grabaciones en las que Corinna zu Sayn-Wittgenstein, empresaria alemana y examante del rey Juan Carlos, revela las supuestas prácticas irregulares del emérito. Con el voto de PP, PSOE y Ciudadanos, la Mesa del Congreso ha rechazado la comisión de investigación, iniciativa que solo ha apoyado Unidos Podemos, según avanza laSexta.
Precisamente el grupo confederal había registrado la petición de esta comisión de investigación a la que mostraron su apoyo todos los grupos que secundaron la moción de censura que expulsó a Mariano Rajoy del Gobierno llevando a Pedro Sánchez hasta La Moncloa.
Desde el Gobierno, sin embargo, ya habían anunciado que no tenían intención de apoyar la comisión de investigación del caso. "No vamos a aceptar ningún chantaje al Estado", delcaró el presidente del Gobierno. La comparecencia secreta de Félix Sanz Roldán, director del CNI, fue suficiente para los socialistas. Adriana Lastra, portavoz del PSOE, consideró que sus explicacione no le generaban "ninguna duda". Mientras que Ione Belarra, portavoz adjunta de Unidos Podemos, salía de la misma comparecencia considerando que tenía aún más dudas.
PP, PSOE y Ciudadanos se han acogido a la inviolabilidad que la Constitución reserva para el Jefe del Estado. Según estas formaciones, los hechos que Unidos Podemos quiere que se investiguen en el Congreso se produjeron durante su mandato. No creen, además, que se deba diferenciar entre actos personales o institucionales del padre de Felipe VI.
El caso Corinna y las grabaciones
El rey Juan Carlos I utilizó a Corinna como testaferro sin su consentimiento para ocultar bienes patrimoniales fuera de España. Así lo admitió la autodenominada "amiga entrañable" del rey emérito en una reunión con el comisario José Manuel Villarejo en Londres en 2015.
Corinna zu Sayn-Wittgenstein, asesora de Alberto de Mónaco, mantuvo durante años una relación sentimental con Juan Carlos que salió a la luz tras el accidente que sufrió el por aquel entonces jefe de Estado español en 2012 en una cacería en Botswana en la que se encontraba con ella. Tras este episodio, la relación se rompió, y comenzaron las presiones de Juan Carlos I, presiones que desveló Corinna a Villarejo y catalogó de "pesadilla enorme". Resulta que, durante su noviazgo, el rey emérito había colocado varias propiedades extranjeras a su nombre. "No lo ha hecho porque me quiera mucho, sino porque resido en Mónaco", comentaba resignada la empresaria.
Ahora, con la ruptura, Juan Carlos le exigía que modificara los contratos para que esas propiedades pasaran a estar a nombre de otras personas de su confianza, situación en la que se estaría incurriendo en un delito de blanqueo. Corinna parecía preocupada y afectada por la situación que estaba viviendo: "Si tú te levantas por la mañana y realmente ya alguien te dice 'tu tienes un terreno en Marrakech' y entonces dice 'dámelo', ya te quedas como así".
En su conversación con el comisario, Sayn-Wittgenstein detallaba el proceso que llevaba a cabo uno de los abogados del rey, Dante Canonica, para colocar las propiedades de Juan Carlos en el extranjero: "A este Dante, por ejemplo, le han puesto en contacto con el número dos, la persona del rey de Marruecos, y ha montado una estructura que se llama '...ix' (nombre imperceptible en el audio). El director es Dante Canónica. Ponen la propiedad dentro de la estructura, hacen como un contrato de venta y entonces parece todo perfecto. Claro, no pueden decir que el beneficiario es el otro (en referencia a Juan Carlos I). Entonces, sin decírmelo, me lo ponen y después dicen: 'Esta no quiere devolverle la cosa'. Pero si lo hago es money laundering. Es blanqueo".
Por tanto, no solo la utilizaron como testaferro sin su permiso, sino que tras dejar atrás los estrechos contactos que mantenían, Corinna estaba siendo presionada para devolver las propiedades incurriendo en un posible delito de blanqueo.