Corrían los locos 2014 en España -cuantísimo ha llovido ya, ¿verdad?- y Esperanza Aguirre tenía la oportunidad de "entrevistar" vía telefónica a un todavía incipiente político -aunque experimentado tertuliano- Pablo Iglesias en 'La Sexta Noche'. Y, ¿qué quitaba el sueño a la lideresa del PP madrileño? ¿Su política económica? ¿Las reformas sociales? ¿Acaso su postura ante los retos internacionales que se nos presentaban? Ingenuos. "Lo importante aquí es saber qué opina Pablo Iglesias", comenzó, "¿Está contra ETA?". Vaya, sorprendente. Pero la ex presidenta de la Comunidad de Madrid tenía ganas de fiesta, y nos regaló una de las frases más míticas de aquel año 2014: "Pues que lo repita conmigo: Los etarras son unos asesinos". Risa cachonda de Pablo, risotada pelota de Eduardo Inda. Y la condesa se animó y continuó el show. Pero lo importante ya estaba dicho, y marcó el comienzo de lo que sería la táctica del PP contra Podemos: Son unos proetarras. Aunque Podemos hubiera condenado decenas de veces a la banda armada.
Sin embargo, la siempre irreverente -o caricaturesca, como la definía recientemente Alberto Garzón- ex candidata a la alcaldía de Madrid, nos ha servido como introducción a un tema que también se ha pedido a un partido -el suyo- que condene, con un pasado que también llama a la duda, y que no siempre ha respondido con la misma vehemencia que el partido púrpura en los intentos de ligarlos al entorno proetarra: el franquismo.
Y la última vez fue -¡sorpresa!- Esperanza Aguirre, en el mismo plató, el de 'La Sexta Noche', en donde respondía a la pregunta de Wyoming de qué día comenzó la Guerra Civil. La respuesta de Aguirre fue que el ejército de Franco era "según Wyoming" fascista (parece que no para ella), quienes no dieron un golpe de Estado, sino que "se levantaron", mientras añadía que "a ver qué hubiéramos hecho nosotros" porque "la Segunda República no era idílica". ¿Justificación del régimen franquista? A eso huele, más aún tras la aseveración del presentador de que "los escoltas de Franco también repartieron estopa" y la respuesta de la ex ministra -cuántos puestos distintos ha tenido esta señora-, "sí, pero, ¿cuántos años lleva Fidel Castro?". Repita conmigo, señora Aguirre: "los franquistas fueron unos asesinos".
Pero Aguirre ya es toda una experta en estos ruedos y , en 2010, en la Asamblea de Madrid, respondió a la solicitud de Izquierda Unida de "condenar el golpe del 36" con otra evasiva, invitando al diputado de IU a condenar el "golpe del 34 -insinuando que la victoria electoral del Frente Popular en España fue antidemocrática- en el que participó su partido", en referencia a los malvados comunistas que se impusieron a los filofascistas de la CEDA. Cosas de la vida, Gil-Robles, uno de los fundadores de la CEDA y autor de frases como "La democracia no es el fin sino un medio para la conquista del nuevo estado. Cuando llegue el momento, o el parlamento se rinde o lo eliminaremos", acabó siendo presidente del Parlamento Europeo por el Partido Popular desde 1997 a 1999. Poco importaron frases como la anterior o que emulara a Mussolini haciendo que le aclamaran a gritos de "¡Jefe, jefe, jefe!" al partido que, hoy, exige casi a diario a propios y extraños que condenen vehementemente la actividad de ETA, aun años después del fin de ETA.
Pero no ha sido -ni mucho menos- Esperanza Aguirre la única cabeza visible del PP con el valor de negarse a condenar el franquismo. De hecho, el partido en su conjunto ha sido noticia por el mismo motivo. Y es que, en 2013, al Partido Popular le pareció un acto de excesiva radicalidad convertir el 18 de julio -día del comienzo de la Guerra Civil, con el golpe de Estado- como Día Oficial de Condena de la Dictadura, como exigía, de nuevo, IU. Votaron en contra con el argumento de la "convivencia", en boca de un Ramón Gómez de la Serna, célebre por haber sido apartado por el PP en las últimas elecciones tras un escándalo de corrupción.
Sin embargo, no sería la última vez en el mismo año -2013- que el PP eludiera condenar el franquismo. Así lo haría meses después, en octubre, al aprovechar un enfado fingido de Ciutadans (por aquel entonces aún no se llamaban Ciudadanos) y marcharse del hemiciclo entre aspavientos y gritos justo antes -mecachis en la mar, qué casualidad- de la votación de una moción presentada por ICV en el Parlament de Catalunya para condenar "toda declaración o actividad que comporte cualquier clase de enaltecimiento, trivialización, exculpación o negación del nazismo, franquismo y el resto de regímenes fascitas". En este caso, el PP al menos estaba acompañado. Al igual que lo estuvo, también por Ciudadanos, también en el Parlament de Catalunya, al no condenar el saludo fascista de algunos miembros del ultraderechista Movimiento 12 de Octubre al ser expulsados del Parlament, al cual había entrado gracias a las acreditaciones que les dio, precisamente, el PP catalán.
Alberto Ruiz Gallardón, en el ambiente íntimo que aporta Intereconomía para tratar estos asuntos, y con una tierna melodía, comenzó alabando a Manuel Fraga, responsable de asesinatos franquistas, y acabó ensalzando las cualidades y los logros del franquismo.
En 2007, era otro peso pesado del PP, hoy caído en gloria, quien se negaba a condenar la dictadura. "¿Por qué voy a tener que condenar yo el franquismo?", decía, chulesco, la mano derecha en el País Vasco del ex ministro franquista (y padre del PP) Manuel Fraga: Jaime Mayor Oreja. El ex ministro de Interior (y eurodiputado en aquel entonces) decía que no podía condenar "lo que, sin duda, representaba a un sector muy amplio de españoles" y un periodo -la dictadura- "que muchas familias vivieron con naturalidad y normalidad". Aunque no sabemos si se refería a las que huyeron a Francia, a las que murieron en las cárceles o a las que sufrieron ejecuciones de familiares directos. La entrevista finaliza con unas frases que ponen los pelos de punta, por lo demoledor de la poca vergüenza que demostró: "Algunos dicen que las persecuciones en los pueblos vascos fueron terribles, pero no debieron serlo tanto cuando todos los guardias civiles gallegos pedían ir al País Vasco. Era una situación de extraordinaria placidez". Lo peor, sin embargo, es que dos años después Mariano Rajoy volvió a ponerle como número 1 de las listas del PP al Parlamento Europeo y que el entonces secretario general del partido, Ángel Acebes, defendió en público a un Mayor Oreja que había liderado otra no-condena del régimen franquista en el Parlamento Europeo en 2006. Este caso fue aún más llamativo, pues ni sus homólogos europeos le respaldaron: tan sólo dos partidos de la ultraderecha polaca.
Precisamente el PP vasco, de donde era oriundo Mayor Oreja, fue noticia en 2015 al abstenerse de una moción propulsada por EH Bildu en Sestao y que tenía como objetivo que Franco dejara de ser "hijo adoptivo" de la ciudad. De nuevo, se quedó solo: PNV y PSE respaldaron la moción de Bildu. ¿La excusa esta vez? Efectivamente: ETA. Es decir, no podían respaldar ninguna propuesta que naciera de Bildu.
Volamos de Cataluña y Euskadi a Galicia. Más concretamente, a A Coruña, en donde, el pasado mes de julio, el PP volvió a ausentarse de la votación de una moción presentada por el BNG que condenaba la dictadura franquista. Este caso, el gallego, es quizá el más sangrante, pues tanto Franco como Fraga fueron cabezas visibles del franquismo gallego. Este último, en la creación de Alianza Popular, diría: "Alianza Popular ha sido reconocida como que lo que es, como una fuerza política que se niega a aceptar la voladura de la obra gigantesca de los últimos cuarenta años, que no se avergüenza de un periódico histórico en el cual el país ha dado un salto colosal hacia adelante convirtiéndose en la décima potencia industrial del mundo y multiplicando por diez la renta de los españoles".
"Ya bueno, pero lo condenaron en 2002, y eso vale de ahí en adelante", dirá alguno, por la moción aprobada el 20 de noviembre de aquel año. Sin embargo, aquí le dejamos el diario de sesiones del Congreso de los Diputados de aquel día, le retamos a encontrar la condena explícita al franquismo en tal moción. No busque: no la hay. Lo más cercano es un reconocimiento a "todos los hombres y mujeres que fueron víctimas de la Guerra Civil española", todos, republicanos y golpistas, "así como de cuantos padecieron más tarde la represiónde la dictadura franquista". Reconocimiento a las víctimas, sí; condena a sus victimarios, no. Partido Popular, gobierno de España. Año 2016 (año 80 después del golpe). Seguimos esperando una condena en firme. Y que nos disculpe el señor Pablo Casado por seguir hablando aún de "la guerra del abuelo o la fosa de nosequién".