"¿Día del Orgullo Gay? ¿Y por qué no hay uno del Día del Orgullo Heterosexual?". Seguro que cada año cuando se acerca el verano escuchas esa frase por parte de algún individuo a tu alrededor que no ha entendido la necesidad de que existan fechas señaladas para reivindicar los derechos de minorías que han sufrido discriminación a lo largo de la Historia, algo promovido por organismos como la ONU. Este año, además de escuchársela al cuñado de turno, hemos podido oírla en boca de un concejal durante una sesión oficial del Ayuntamiento de Sóller (Mallorca).
El concejal Carles Simarro, del Partido Popular, propuso este jueves, entre otros, celebrar "el día del machote" y el de "la señorita de toda la vida" en pleno uso de sus funciones como empleado público. Y lo hizo en respuesta al texto institucional para defender los derechos LGTB que planea redactar Més, PSOE y Guanyem, partidos que se encuentran en el gobierno del consistorio.
En su argumentación, Simarro afirmó que todos los colectivos sociales necesitan sentirse representados, no solo el mencionado. ¿Te suena? El Ayuntamiento, por su parte, defendía la necesidad de condenar la homofobia desde el poder para minimizar el odio, precisamente por tragedias como la ocurrida recientemente en Orlando. La moción de Sóller llegaba poco después de que el Parlamento de las Islas Baleares aprobara una ley para acabar con la discriminación LGTB.
"Las mujeres tienen más derechos que los hombres"
Sin embargo, nada convenció a Simarro: "esta no es una tarea que nos compete como Ayuntamiento", afirmaba, al tiempo que instaba al equipo de gobierno a mejorar la limpieza del municipio. Añadió que "las mujeres tienen más derechos que los hombres" y que el único objetivo del consistorio era "parecer aún más progresistas", al tiempo que seguía proponiendo días reivindicativos de su propia cosecha, como "el día de los músicos o el de los heterosexuales". Aunque, eso sí, dijo no querer "ridiculizar nada ni ofender a nadie".
Por su parte, Jaume Bestard, de El Pi, afirmó que el texto podría provocar "el efecto contrario al deseado" y que si más colectivos reivindicasen su propia defensa de derechos se podrían producir más problemas, según informa El Mundo.
El equipo del Ayuntamiento respondió diciendo que desde el poder pueden llevar a cabo una "buena labor de educación para normalizar todas las orientaciones sexuales" y, finalmente, el texto fue aprobado con sus votos a favor, las abstenciones del PP y El Pi y un voto en contra de Joan Ruiz, concejal popular.