El cúmulo de escándalos que han sacudido a la cúpula del Partido Popular y algunos miembros que causaban 'esperanza', como la expresidenta madrileña Cristina Cifuentes, ha causado serios estragos en el Partido Popular.
Con una nueva noticia 'trágica' para los populares cada 15 días, en Génova temen convertir a la formación en una especie de gigante con pies de barro que termine con un final similar al vivido por la UCD en 1982.
Entre estos problemas, se encuentra el ascenso imparable de Ciudadanos, beneficiado por la política de 'cero concesiones' al nacionalismo, incluido el final del cupo vasco y navarro (territorios en los que prácticamente no cuentan con implantación).
En mitad de la mayor crisis vivida en el PP (con permiso del fatídico comité valenciano de 2008), en Génova comienzan a iniciar varias acciones para evitar un descalabro mayúsculo: perder la condición de voto útil a un año de las autonómicas y municipales sería devastador ante un electorado muy fiel a su voto.
¿Cómo se puede evitar un resultado con unas consecuencias tan negativas para el PP? ¿Qué están comenzando a hacer los populares para evitar un problema de estas características?
1 Ganar tiempo seduciendo al nacionalismo
Ignacio González aseguró en una conversación telefónica con Zaplana intervenida por la Guardia Civil que "Rajoy quiere superar a Franco en el Gobierno". Fue una visión subjetiva, aunque algunas de las políticas llevadas a cabo durante los últimos meses están confirmando esta teoría.
Entre ellas, se encuentra la aprobación de los presupuestos. Rajoy necesitaba el apoyo del PNV. En el caso de que no se obtuviese, el adelanto de los comicios podría poner en serio peligro al PP, el sorpasso de Ciudadanos y la caída del actual presidente del gobierno.
Para evitar esta situación, el PP ha aprovechado el miedo del PNV hacia Albert Rivera. Su intención de retirar el cupo vasco y la mencionada política de 'cero concesiones al nacionalismo', ha provocado que la formación de Íñigo Urkullu abandone la condición de retirar el 155 en Cataluña.
Este pacto puede dañar al PP a corto plazo en mitad del desafío catalán, pero permite ganar tiempo para olvidar los actuales escándalos y llevar a cabo una 'limpieza' dentro del partido.
2 El relevo catalán
Xavier García Albiol ha llevado al PPC a su máxima irrelevancia: tan solo ha obtenido tres escaños en Cataluña, en mitad de unos comicios fundamentales para mantener a la región dentro de España.
El resultado es completamente distinto al obtenido por Ciudadanos. Inés Arrimadas ha conseguido convertirse en la lista más votada, la primera vez que una fuerza implantada en toda España consigue la victoria en todo el último período democrático.
Esta diferencia abismal y el sentimiento popular de que Albiol pertenece a un sector extremadamente duro del PP, ha llevado a forzar un relevo que recaerá, con toda probabilidad, en la exdiputada Esperanza García.
Con un talante moderado y cierto carisma, García mantuvo un alto perfil durante la Convención Nacional en Sevilla, la misma en la que Cifuentes acaparó todas las miradas. Ahora falta comprobar qué sucederá con el exalcalde de Badalona.
3 Limpieza en la Comunidad de Madrid
Tras perder el caladero de votos de Valencia, el PP no se puede permitir despedirse de la Comunidad de Madrid. Pablo Casado era el candidato ideal para recuperar el Ayuntamiento, aunque las dudas sobre su currículum hacen peligrar su futuro.
El cúmulo de escándalos llevan a plantear un candidato fuerte para 2019. En las quinielas suena Soraya Sáenz de Santamaría, que contaría con la opción de ganar unas elecciones como cabeza de cartel y con un programa electoral propio (al igual que Cospedal en Castilla-La Mancha).
Sin embargo, falta ver si la vicepresidenta está por la labor de salir del Ejecutivo, perder influencia en el gobierno a favor de Cospedal y decir adiós al CNI. Una posibilidad que provocaría grandes dificultades para conservar Madrid.
En mitad de esta situación, Ángel Garrido intenta ganar hueco con una decisión impensable durante la época de Cifuentes: eliminar a Isabel González, la hermana del expresidente. ¿Una vendetta? Lo cierto es que la expresidenta reconoció que tuvo "que tragarse a la hermana del expresidente".
Dejando de lado la caída de González, Garrido también ha destituido a toda la cúpula de la Consejería de Sanidad, gran parte de ella imputada por el Caso Ambulancias, una presunta trama con tratos de favor a la hora de conceder el servicio de asistencia al Samur.
Garrido también ha iniciado una toma de decisiones populares, como la inclusión de un gobierno bastante más paritario que el de Cifuentes o el fomento de la cultura, con entradas gratuitas para el Prado, Thyssen y Reina Sofía mediante el Abono Joven de Transportes.
¿Tiene tiempo para labrar un perfil político durante este año? Parece que entra en sus pretensiones, a pesar de que los mentideros políticos apuntan a la elaboración de un dossier contra él controlado por un conocido medio de comunicación audiovisual.
4 La irrelevancia en Valencia y el mayor 'punto negro'
La plaza de toros de Valencia fue el epicentro de los mitines electorales del PP. Publicitados, entre otros, en los programas informativos de Canal 9, Valencia se convertía en la principal plaza para reclamar el voto a la formación conservadora.
De aquellas fiestas, organizadas por empresas vinculadas a la financiación irregular del PP, ya no hay rastro. Con un gobierno de izquierdas y una sucesión de escándalos, Isabel Bonig se encuentra con una situación muy difícil de gestionar.
Los números no salen y, posiblemente, el futuro candidato se presentará con el fin de conseguir un puesto digno en la oposición. Nada queda, por el momento, del mayor caladero de votos del PP. Un feudo perdido.
5 La ruptura con el pasado
"Nos estamos comiendo toda la mierda de Aznar". Esta declaración pertenece a un importante diputado popular en el Congreso de los Diputados, a cuenta de la detención de Eduardo Zaplana.
El PP tiene la intención de separar al 'viejo PP' del 'nuevo PP', con un líder (Mariano Rajoy), que ha ostentado un cargo político desde 1986. En este sentido, crecen las voces que piden un relevo, aunque la negativa de Rajoy dificulta esta posibilidad.