Nueva polémica en torno al Partido Popular, en este caso por su manera de promocionarse en Iglesias y ante los fieles católicos en pleno ecuador de campaña (momento que muchos partidos aprovechan para realizar un balance de gestión).
El gesto no ha contado con el beneplácito de muchos de los asistentes, que consideran que un lugar de culto no se puede emplear para hacer política. Una de ellas es Paloma, feligresa habitual de la parroquia, que pudo comprobar cuando llegó al centro de oración que, donde habitualmente se encuentran la pastoral, las lecturas de la Biblia o el libro de cantos; tan sólo había una circular del alcalde en el que presumía de todo lo que había logrado en dos años de legislatura, tal y como relata Público.
El alcalde de la localidad es Antonio González Terol, uno de los pocos supervivientes del Aguirrismo y fiel seguidor a las tesis políticas de la expresidenta de la Comunidad de Madrid.
Su alineación con las posiciones más conservadoras de la Iglesia Católica, le llevaron a, por ejemplo, negarse tajantemente a colgar la bandera LGTBI en el balcón del Consistorio durante el Orgullo, a pesar de las reclamaciones de algunos vecinos.
Terol ha sido nombrado precisamente caballero de la Sacra y Militar Orden Constantiniana de San Jorge, una congregación a la que también pertenecen el exministro del Interior, Jorge Fernández Díaz y el exdirector de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa.
Los vecinos criticaron, además de la tardanza en solucionar sus problemas por parte del pueblo, la decisión de que un concejal del PP decidiese expresamente entrar en la parroquia y repartir los folletos entre los fieles que simplemente habían acudido a recibir la misa.
En el PP de Boadilla, mientras tanto, afirman que en su tiempo libre se dedican y dedicarán a repartir estos folletos explicativos por todos los puntos disponibles para que la gente conozca su labor: "En determinados momentos puntuales se concentran muchos vecinos para acudir a misa y creemos que tienen tanto derecho como el resto de vecinos que se encuentran en un parque, un eje comercial o cualquier otro punto".
Sin embargo, los miembros de la formación política han negado que nadie del partido entrase en la Iglesia, y han apuntado a "algún feligrés" que, probablemente, se dedicó a introducir en el interior del templo todos los folletos. "No nos atreveríamos ni a pedir permiso al párroco", han asegurado.
La dirección del templo ha negado que hayan permitido este tipo de actos y aseguran que sólo se pueden colocar panfletos relacionados con la pastoral o con las actividades de la Iglesia.
Los vecinos, mientras tanto, siguen indignados ante esta situación: "Yo ni he votado. Me daría igual que los panfletos fueran de cualquier otro grupo político, pero me da mucha pena que hayan intentado aprovecharse para captar conservadores. Yo ni siquiera lo soy", ha relatado Paloma, una devota de esta parroquia, que sentencia: "Al final me dio pena. Ahora a la puerta de la Iglesia ya no hay mendigos pidiendo limosna. Piden votos".
