La brecha en la Unión Europa se abre, con la crisis económica actual, otra vez entre el sur y el norte del Viejo Continente. Por si alguien lo dudaba, España se encuentra en la zona meridional, aquella que necesitará más ayudas y mayor apertura para la recuperación de la economía. Pero el PP se ha cambiado de bando: ha optado por aliarse con los países más 'duros' aquellos grupos que llaman PIGS (cerdos) a Portugal, Italia, Grecia y España, por sus siglas en inglés.
El cierre de filas con los 'halcones', las potencias europeas más duras, es total. Así lo ha evidenciado la delegación española del PP, encabezada por Dolors Montserrat, que ha apoyado una iniciativa que busca imponer una serie de inversiones con valor añadido, en todo un campo minado de obstáculos políticos y cortapisas reguladoras que podría poner al país en jaque para recibir una ayuda de 750.000 millones de euros.
La estrategia de los populares se ha consensuado con el eurodiputado alemán Manfred Weber, y sitúa al PP en la órbita de los países más duros en el Parlamento Europeo con las naciones del sur, en concreto Países Bajos, Austria, Suecia y Dinamarca.
Estos países son los que exigen una serie de medidas muy estrictas a los países a cambio de conceder las ayudas necesarias para sostener sus economías. Unas economías que, si cayeran, arrastrarían consigo a las naciones más fuertes de la zona septentrional del Viejo Continente.
La acción de estos países ha llevado a endurecer las condiciones que la UE impone para la concesión de ayudas, aunque sí es cierto que han cedido a la creación del fondo, que se repartirá mayoritariamente en forma de subsidios. Por el momento, los 'halcones' no reclaman a las economías del sur una reducción del déficit público ni la deuda, dos requisitos congelados desde que la Comisión Europea activó la cláusula general de escape del Pacto de Estabilidad.
El PP se justifica: "No queremos recortes, sino garantizar que el dinero se gasta de manera adecuada"
Este alineamiento del PP con los países de la zona norte de Europa ha resultado especialmente llamativo, puesto que las necesidades de España se encuentran más próximas a Italia que a Países Bajos. No solo por una cuestión de fortaleza económica o capacidad productiva de sus economías; sino porque la pandemia ha afectado con mayor dureza a estas dos naciones meridionales (Pedro Sánchez está ejerciendo ahora un frente común con su homólogo italiano, Giuseppe Conte).
El eurodiputado Manfred Weber, mientras tanto, destaca su buena sintonía con el PP español: "Todo el grupo apoya la idea de que la solidaridad va acompañada de responsabilidad. También los colegas españoles como Dolors Montserrat, Estaban González Pons o Pablo Casado, tienen muy claro que debemos insistir en que el dinero se inverta en el futuro del país para ayudar a crear oportunidades de trabajo y perspectivas para los jóvenes y que eso debe quedar claro", aseguró Weber recientemente en una entrevista con El País.
El Gobierno teme que los recortes puedan suponer un golpe para la reactivación económica de España, puesto que consideran que los ciudadanos deben encontrar confianza y tener liquidez para reactivar la economía y redcuperar el país en 2021.
Weber, por su parte, se remite a la ortodoxia de la última crisis: "Desde el Partido Popular Europeo (PPE) tenemos, por decirlo así, dos condiciones. La primera es que no queremos desperdiciar el dinero en gasto del pasado, sino invertir en el futuro [...] El PPE no está dispuesto a que se financien las falsas promesas de Podemos", señala este eurodiputado alemán.
Mientras tanto, la Comisión Europea espera que, al menos el 60% del fondo se desembolse en los dos primeros ejercicios de su vigencia (2021-2024), para que el estímulo facilite el esperado rebote de la economía tras la pandemia. El PP español, no obstante, considera que se han relajado las condiciones en exceso y abogan por "una condicionalidad más fuerte", según ha confesado un miembro de la formación a El País.