¿Te resultaría apetitoso comer algo etiquetado bajo la palabra 'potorro'? Seguramente si saliésemos a la calle haciendo esta pregunta las respuestas serían tan variopintas como vulgares, pero lo cierto es que una marca ha hecho posible que comerse un buen potorro sea algo de lo que se pueda presumir abiertamente. Suena a broma pero no lo es: ha nacido Potorro, un fabricante de conservas españolas que ponen el humor por delante. ¡Siente el sabor de un buen Potorro en tu boca!
#SienteElSabor de un buen Potorro en tu boca! Prueba un @PotorroGourmetpic.twitter.com/KCmu3GKW7v
? Potorro (@PotorroGourmet) 22 de enero de 2016
En Potorro tienen potorros para todos los gustos: potorros dulces, salados, amargos, macerados durante una larga temporada, con aroma marino e incluso potorros afrutados. Seis variedades diferentes que incluyen tres tipos de mermeladas, de melocotón, de fresa y de naranja; dos conservas de verduras, alcachofas fritas y habas baby; y sal virgen de manantial para completar la oferta. No importa lo que te guste, siempre hay un potorro esperando que lo devores con gusto.
¿A quién se le ocurriría ponerle ese nombre a un producto alimenticio? Pues a tres profesionales del marketing que buscaban unir "dos cosas muy españolas: la buena comida y el buen humor", tal y como cuenta Carlos González, uno de los gestantes de Potorro. Pero cuidado, que el nombre tiene su razón de ser y no es nada relacionado con ningún genital femenino.
Tal y como recoge la RAE, un potorro es la forma coloquial de denominar un salero, un "recipiente en que se sirve la sal". De hecho, el diccionario no recoge ninguna alusión al uso más extendido de la palabra, el de la vagina de una mujer.
La idea surgió en una reunión navideña en la que hablaban sobre qué regalar (y no sobre otras intimidades, aunque podríamos pensarlo). Querían algo original y, al final, llegaron a la conclusión de la importancia que un nombre divertido puede jugar en el éxito de un producto, algo parecido a lo que ocurre con los Espárragos Cojonudos. En Potorro buscan quedarse en la memoria del público y conectar con sus consumidores a través del humor, de ahí su eslogan, "Conservas con mucho salero".
Lo cierto es que pocas veces un producto gourmet se la juega con una estrategia tan atrevida, así que, dado el impacto de su nombre en las redes, parece que están consiguiendo lo que se habían propuesto.
Las conservas de la marca son elaboradas de forma artesanal y quienes se han comido un buen Potorro dicen que la calidad es excelente. Y repiten. La marca está destinada a ser todo un éxito, así que habrá que sumergirse en el apasionante mundo potorril, ¿no?