¿Quieres experimentar en la cama y no sabes cuál es la mejor forma de hacerlo? La postura del pretzel es una opción muy apetecible y recomendada para que las personas con clítoris alcancen el clímax.
Si lo dicho te parece intenso e interesante, sigue leyendo. Te contamos en qué consiste, su nivel de dificultad, sus beneficios y sus riesgos.
Cómo hacer la postura
La sexóloga Norma Bejarano explica que esta pose se practica cara a cara, abrazados y con las piernas entrelazadas. Existen dos posibilidades:
Para aquellas parejas que son más clásicas, es recomendable que la persona con vulva se acueste de lado y pase una de sus piernas por la cadera de su pareja, que deberá estar arrodillado frente a ella, de tal manera que una de sus piernas rodee la cintura y otra quede entre las de su acompañante.
Si quieres ir un nivel más allá, la persona con vulva puede recostarse boca arriba, doblando sus piernas hacia su pecho, sujetándolas con las manos y los brazos, mientras que su pareja se ubica entre los pies de ella y apoya los brazos sobre la cama mientras la penetra. Y si esto aun no te resulta lo suficientemente estimulante, la sexóloga Chávez señala que la persona con vulva puede abrazar a su pareja con sus pies por el cuello mientras ella sostiene sus piernas con las manos.
La dificultad
A pesar de que puede parecer bastante complicada, no lo es. De hecho, en relación calidad-dificultad es bastante asequible. Sí que es cierto que esta última forma de intentarlo es una postura un tanto más elaborada, pero Chávez asegura que es "igual de placentera y distinta para mantener relaciones sexuales en pareja".
Asimismo, Norma Bejarano niega que disfrutar de una postura poco tiene que ver con su dificultad, sino que se aprecian y se necesitan otros factores: "Todas las posturas tienen su arte, hay que manejar el nivel de entusiasmo. Las poses hay que imaginarlas, pensarlas y luego practicarlas. Además, estar con mente abierta", recomienda.
Beneficios
Norma Bejarano y Khaterine Chavez exponen que la pose pretzel es bastante efectiva para encontrar el estímulo erótico efectivo que desenlazará el orgasmo en aquellas personas que se atrevan a probarla.
Además, exponen las siguientes ventajas:
- Facilita alcanzar el orgasmo para las personas con vulva, así como cualquier otra postura sexual que sea de cara a cara o que favorezca la estimulación directa del clítoris.
- Permite que la penetración sea profunda si a las personas les gusta ir hasta el fondo. Por ello, las sensaciones pueden llegar a ser más intensas.
- Puede producir sensaciones más agradables por el contacto o la estrechez de los cuerpos.
- Permite tocar los genitales de la pareja y estimular otras zonas erógenas como las mamas, el clítoris o alguna otra parte del cuerpo, lo cual hará que la postura sexual sea aún mucho más explosiva en cuanto a sensaciones. También facilita el alcance del orgasmo.
- Es cómoda porque cada quien se hace cargo de su peso, sus movimientos y, por lo tanto, del ritmo que vaya a tomar el coito.
- Permite el contacto visual y esto genera mucho morbo a la interacción. A su vez, permite afianzar la intimidad dentro de la pareja. Asimismo, ambas personas pueden tener una visión bastante completa de su pareja, lo que facilita explorar algunos ángulos dentro de la relación sexual.
- Es una forma más para variar la penetración.
- No requiere de movimientos extraños ni se necesita ser muy flexible o un/a acróbata para poder realizar esta postura. Solo debes sujetar las piernas durante el contacto sexual.
- Las sensaciones experimentadas pueden ser bastante intensas para ambos miembros de la pareja, ya que las zonas erógenas (toda la zona genital) está en constante estimulación.
Pese a esta multitud de beneficios, hay que tener claro que esta postura, al igual que ninguna otra, no garantiza 100% el orgasmo. Lo único que diferencia de otras es que mientras esta se practica se produce un roce con el clítoris que permite alcanzarlo o estimularlo.
Riesgos
La comunicación es importante en cualquier momento del acto sexual, pero esta postura en especial requiere un poco más ya que existe la posibilidad de que, durante la penetración o en el movimiento acelerado, el pene caiga sobre una zona errónea que pueda causar dolor e incomodidad a ambos.
Aparte de eso, están los riesgos que conlleva toda relación que se practique sin la protección adecuada, que van asociados desde el embarazo hasta el contagio de infecciones de transmisión sexual.