El PP aprobó su reforma laboral en el año 2012 y ahora el nuevo Gobierno socialista de Pedro Sánchez quiere derogarla. El Ejecutivo tiene como objetivo devolver el control a los sindicatos y dar mayor importancia a la negociación colectiva.
Y es que el modelo de trabajo planteado por el PP hizo que los contratos temporales creciesen de los casi 13 millones hasta los 18 que han dejado en herencia. Esto supone un 41%. Es decir, que el trabajo precario aumentó de forma desenfrenada, aunque Fátima Báñez, la que fuese ministra de Trabajo asegurase el pasado año que "el empleo que llega actualmente es de más calidad que el que se fue con la crisis". También la "herencia positiva" de la que la exvicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría presumió que dejan al Gobierno de Sánchez tiene que ver más con una de las peores herencia de la Unión Europea, ya que España es el país del entorno donde menos crecen los sueldos y en donde más de seis millones de trabajadores cobran menos del salario mínimo interprofesional (735'90) euros).
Contra la precariedad laboral
Por estos motivos el PSOE intentará aprobar otro estatuto de los trabajadores porque la reforma laboral del PP "establece un modelo de empleo precario y de bajos salarios y un sistema de relaciones laborales sin equilibrio de poder entre los trabajadores y empresarios". Lo que busca el PSOE es"aprobar un nuevo Estatuto de los Trabajadores concebido como una carta de derechos de los trabajadores con nuevos derechos de seguridad, salud en el trabajo, secreto de las comunicaciones, o propiedad científica e intelectual".
Asimismo definirán de manera "estricta" las condiciones laborales de los becarios, irán contra "el uso fraudulento" de contratos de trabajo a tiempo parcial y volverán a dar importancia a la negociación colectiva.