Lo que algunos defienden como 'pornosexual', hace referencia a alguien que es incapaz de alcanzar el clímax sin una escena erótica de por medio. Y es que España ocupa el puesto 13º en el ránking mundial de consumo de porno, pero también forma parte de uno de los no tantos que prefiere masturbarse con porno antes que tener sexo físico con otra persona.
Carlos es un chico de 24 años residente en Barcelona, se define como homosexual pero su única fuente de orgasmos siempre ha sido el porno. "Creo que he llegado a estar hasta tres horas follando con alguien y no conseguir correrme ni una vez, solo aburrirme y cansarme. Se hizo tan largo que puse 'Harry Potter y el Cáliz de Fuego' de fondo", explica a Código Nuevo.
Sin embargo, su obsesión con el porno no le ha impedido tener pareja, pero le resulta difícil conectar a nivel físico, lo que acaba destruyendo las relaciones. No es nada extraño para él masturbarse hasta siete veces por día, por supuesto, mientras visiona contenido pornográfico. "No paro hasta encontrar exactamente lo que busco ese día para satisfacerme".
Una parafilia, no una orientación sexual
"Ver pornografía genera descargas de dopamina. Nuestro cerebro asocia la pornografía con el placer y es la búsqueda constante de ese placer, combinado con ciertos tipos de personalidad, lo que después podría llevar a la adicción", explica el psocólogo clínico y director del Instituto Madrid de Sexología, Héctor Galván. Considera que la pornosexualidad debería definirse como una parafilia, pues resulta "un estímulo exclusivo y necesario para la excitación sexual".
Esto desacredita las definiciones que se pueden encontrar por internet y que afirman que podría ser una orientación sexual, cuando en realidad la pornografía no es más que un medio de satisfacción para personas con independencia de la orientación sexual del individuo.
El porno te impide tener sexo con personas
En este caso, Carlos no se ajustaría a la definición de pornosexual, pues aunque solo alcanza el clímax cuando visualiza porno, esto no le impide mantener relaciones con otras personas "Me encanta el porno y hasta el momento es lo que más alivio sexual me produce. Sin embargo, no descarto seguir probando cosas y experimentando en la vida real, porque el contacto con otras personas me gusta y me excita".
Lo preocupante comenzaría cuando la adicción al porno termina por ocasionar una incapacidad para mantener relaciones íntimas con otras personas y que esto acabe afectando a la calidad de vida del individuo. "Llegados a ese punto lo recomendable sería buscar la ayuda de un especialista en sexología. No se centrará en eliminar ese medio de conseguir satisfacción sexual, sino en ampliar el abanico. El problema no es ver pornografía para obtener placer sexual, sino hacerlo únicamente mediante la pornografía", resume Galván.
