El porno, como industria en sí misma, es extremadamente perjudicial. Hay excepciones, por supuesto: hay grabaciones pornográficas que distan mucho de reflejar prejuicios o estereotipos, y que tratan a sus trabajadores con todo el respeto del mundo. Pero estas son las menos; lo que es la industria en sí misma no solo es tóxica, sino que también es una fuente de maltratato y de mujeres que, posteriormente, podrían acabar siendo víctimas de la trata de blancas. Aún así, es bueno señalar que hay una vertiente de la pornografía que podría salvarse de ser tan denigrante.
Últimamente se ha comenzado a hablar más detenidamente de lo que implica todo el machismo y la cosificación femenina que se puede ver en los diversos vídeos porno, de acceso gratuito para todo el mundo en internet. Mas hay algo de lo que aún no se está hablando suficiente, y es del racismo tan atroz que se ve en la pornografía. Es más: estamos hablando de una industria que se aprovecha, literalmente, de las diferencias raciales para ganar dinero.
En PlayGround han tenido el placer de reunirse con cuatro actores y actrices de diferentes etnias y razas de la industria del porno, cuyos nombres son Ana Foxxx, Mickey Mod, Cindy Starfall y Kelli Provocateur. Durante esa reunión, han reflexionado sobre las distintas etiquetas étnicas, y sobre cómo podrían transformar una industria pornográfica que, a día de hoy, es únicamente blanca.
El fetichismo: el mayor enemigo de la igualdad
En un vídeo pornográfico medio suele aparecer reflejado en el título aquellas palabras clave, o rasgos característicos, que los productores saben que llamarán la atención de los posibles espectadores. Y datos como la etnia, o la raza de los protagonistas del vídeo son rasgos que no suelen faltar... Siempre y cuando sean negros, claro. Cuando se habla de actores o actrices blancos no hace falta especificar, puesto que se trata como si fuera lo "normal", lo habitual. Mickey Mod, un joven actor negro, señala al respecto que "hay una segregación de contenido, no solo de artistas. Blanco es lo predeterminado, por lo que si hay alguien en una producción que no es blanco debe señalarse y enfatizarse".
El problema de esto es que van creándose fetiches; esto es algo que se puede ver muy claro en la etiqueta considerada "interracial". Se suele usar esta etiqueta para hablar de una pareja en la que uno de los integrantes es negro ( casi siempre el hombre) y el otro de los integrantes es blanco (casi siempre la mujer). ¿Por qué se dan estos roles tan marcados?, os preguntaréis. Es sencillo: la masculinidad negra se asocia con violencia, con agresividad, mientras que la feminidad blanca se asocia con fragilidad. "Eso es preocupante porque ya existe un gran problema con la hipermasculinización y la manera dañina en la que los hombres negros están representados en la cultura pop", explica Mod.
La pornografía es, aunque no lo queramos creer, un fiel reflejo de nuestra sociedad, quizás exagerado en algunos puntos, pero muy fiel en otros aspectos. Por eso no sorprende (aunque debería, y mucho) que una chica blanca pida más dinero por realizar una escena con un chico negro que por realizar una escena con sexo anal, por ejemplo. Por desgracia, esto es algo verídico, que algunos actores negros han tenido que vivir en primera persona.
Aunque no os creáis que solo los hombres negros sufren esto. Cindy Starfall es de Vietnam, y está más que acostumbrada a que la industria pornográfica juegue con su origen, pese a lo racista que es eso. Los vídeos sobre masajes y vestida de colegiala son su pan de cada día; pese a todo, ella trata de verlo de otra forma, explica. "Lo veo desde el punto de vista de un director. Se trata de darle al público lo que quiere. Así que apareces en el set para actuar, es una fantasía. Los directores no te contratan para tener opiniones", explica. Mas ha habido momentos en los que se ha sentido realmente incómoda, como cuando le pidieron que usara palillos mientras practicaba sexo oral con un hombre.
Vejaciones constantes, menosprecios hacia el resto de razas
Ha habido hechos que han superado incluso lo que cualquier persona pudiera imaginar. Uno de ellos fue en el año 2016, cuando una película pornográfica que tenía a personas negras como protagonistas se tituló 'Black Loads Matters', que significa 'Las corridas negras importan'. Alguien tuvo la desfachatez de ironizar con 'Black Lives Matters' (Las vidas negras importan), un lema que estuvieron usando muchas personas negras en Estados Unidos para defender sus derechos frente a los asesinatos que tuvieron lugar a manos de policías. Hay que añadir que, además, este título ganó el premio a nombre más inteligente en los AVN Awards de ese mismo año.
Por si esto fuera poco, tampoco se le paga lo mismo a los actores o actrices de razas o etnias diferentes; las mujeres afroamericanas ganan mucho menos de la mitad que las mujeres blancas. A esto hay que añadirle que a ellas solo se les ofrecen papeles que estén especialmente pensados para mujeres negras, mientras que las mujeres blancas tienen cabida en prácticamente cualquier film. Esto es algo sobre lo que Kelli Provocateur tiene mucho que decir, puesto que ha escuchado en más de una ocasión decir "no eres lo que estamos buscando", cuando lo que querían decirle era que el color de su piel no era el adecuado.
Los actores negros y las actrices negras, así como los asiáticos, están fetichizados por la población blanca que consume porno; no hay más que echar un vistazo a las etiquetas de los vídeos porno para comprenderlo. En este tipo de situaciones, no basta con señalar que la pornografía es una industria que explota a sus trabajadores (como hemos explicado, en la mayoría de los casos es así), sino que hay que dar un paso más allá y ver que además de explotación, esconde muchos otros matices que deberían ser revisados detenidamente.