Si escribes "Skyler" en Google, en la primera página de la búsqueda aparecen nueve enlaces. De estas nueve páginas, siete hablan exclusivamente de la oleada de odio que el personaje de 'Breaking Bad' despertó entre sus espectadores. Parece que hay un consenso bastante generalizado en ver a Skyler, la mujer de Walter White, como una antagonista en toda regla, el personaje que impide el desarrollo natural del protagonista de la historia.
"¿Ya te cae mal Skyler?"
Yo he sido un espectador tardío de 'Breaking Bad'. Viví ajeno al fenómeno social cuando todo el mundo hablaba de ella, cuando traspasó fronteras y el universo del narcotráfico se puso de moda en la ficción. Fue este mismo año, en 2019, cuando le di una oportunidad y comencé a ver el primer episodio. Al poco tiempo de empezar la serie, comenté entre amigos que había caído en la tentación. Tan solo había visto unos cuantos capítulos cuando llegó la pregunta que cambió mi forma de ver la serie: "¿Por dónde vas? ¿Ya te cae mal Skyler?".
Sorprendido, contesté que no. Los demás me aseguraron que no tardaría en empezar a odiar a la mujer de Walter. La pregunta contaminó, inevitablemente, mi visión de la serie. Analicé desde el primer momento al personaje y sus circunstancias, y con cada capítulo me preguntaba qué me haría empezar a odiarla. Con el paso de las semanas, y a medida que iba avanzando en el consumo de la serie, comencé a entender por qué los fans de la serie se habrían cargado a Skyler si hubieran tenido la oportunidad de manipular las hojas del guion.
La lectura de la trama es bien sencilla: Skyler descubre el secreto de Walter y decide divorciarse. Le echa de casa, le separa de sus hijos y amenaza con entregarle a la policía si no deja de "cocinar" metanfetamina. Entorpece su camino constantemente, se acuesta con su jefe en un arrebato de despecho, y se convierte en una mujer extremadamente fría e incapaz de comprender las motivaciones de su marido. Skyler le hace la vida imposible al héroe de la historia, un humilde profesor de instituto que se está muriendo y que lo único que busca es asegurar el futuro económico de sus hijos. El escenario perfecto para justificar esa animadversión hacia Skyler.
Walter: de protagonista a antagonista
Como es lógico, la serie nos invita a contemplar la historia desde los ojos de Walter, su protagonista. Pero, ¿qué pasaría si cambiamos de perspectiva y ponemos el foco en Skyler? ¿Y si fuera ella la protagonista de 'Breaking Bad'? La serie narra, entonces, la vida de una mujer con dos hijos, un adolescente discapacitado y un bebé recién nacido, que se ve obligada a elaborar un duelo anticipado ante el diagnóstico terminal de la enfermedad de su marido y que, de pronto, se ve envuelta en un universo de narcotráfico que amenaza constantemente su seguridad y la de sus hijos.
Con el paso del tiempo, su marido se ha convertido en un auténtico monstruo, acomplejado, capaz de todo, que se equivoca constantemente en sus decisiones, que le mueve un impulso sin medida y que detesta asumir las consecuencias de sus actos. El héroe se ha convertido en villano, el protagonista en antagonista, el humilde profesor de química en un personaje reprobable.
A Skyler la mueve un pulso humano, a Walter no
Tras una fase de adaptación y aceptación, Skyler comprende que está encerrada en una espiral de la que es imposible salir. Y tiene dos opciones: o se deja engullir por el agujero negro que Walter ha desatado, o toma partido y redirige el negocio con el único propósito de proteger a su familiar. Es ella la que se encarga de mantener a salvo a la familia, no su marido. Es ella la que empieza a tomar las decisiones correctas, la que salva a Walter de su propia autodestrucción. O, mejor dicho, la que retrasa esa autodestrucción.
Skyler es uno de los personajes mejor escritos de la historia de la televisión. Porque representa el amor, el amor puro, el amor de verdad. El dinero y el reconocimiento social han corrompido a Walter hasta el punto de desvirtuar su pulso inicial. Se ha olvidado de la fuerza que le animó en un primer momento a introducirse en el mundo de las drogas. Y Skyler aparece para reconducir su camino. Mientras Walter alimenta su ego con su ambición desmesurada, su mujer se encarga de proteger a su familia, no solo del peligro al que están expuestos como clan Heisenberg, sino también de la justicia. La mueve un pulso humano, a diferencia del de su marido. La mueve el amor. Ese amor que Walter tomó como excusa para pervertirse y que no tardó en pasar a un segundo plano, cegado por el dinero y la codicia.
Skyler fue una mujer maltratada
Acabé la serie completamente cautivado por Skyler. Se convirtió en mi personaje favorito. Comprendí cada una de sus decisiones y desprecié al monstruo en que se había convertido Walter. Googleé su nombre y comprendí el alcance de su odio. Parece que fue un auténtico fenómeno. Nadie quiso a Skyler. Incluso la propia actriz que interpretaba a la mujer de Walter, Anna Gunn, llegó a reconocer que "no estaba preparada para tanto odio por parte del público".
Y es que si 'Breaking Bad' se emitiera en la actualidad, estoy convencido de que el público descubriría a una Skyler muy diferente, lo que demostraría que la sociedad avanza a pasos agigantados, que somos capaces de percibir elementos reprobables en ciertos contextos en los que antes pasaban desapercibidos. Porque Skyler fue una mujer maltratada por Walter y la propia Anna Gunn fue consciente de ello cuando se puso en su piel, de ahí que su interpretación fuera tan exquisita, tan magistral: "Ella no se ajusta a un ideal cómodo de la mujer arquetípica. Se ha convertido en una especie de test de Rorschach para la sociedad. Una medida de actitudes hacia el género".
'Breaking Bad' es la historia de una mujer que sobrevive a la autodestrucción de su marido y que le arrebata su motivación para salvarla.