Los efectos del sexo sobre nuestra salud son ampliamente conocidos. Los más conocidos y destacados son que fortalece el corazón, reduce el estrés y el dolor, el riesgo de padecer un cáncer, aumenta las defensas, ayuda a tener una espalda más fuerte y libre de lesiones y mejora la calidad del sueño.
Pese al consenso social sobre cuáles son las horas en las que se almuerza o duerme, es complejo acordar horarios en relación al sexo. El deseo se puede ver influido por factores como el descanso, la edad o incluso la cantidad de luz que existe en el ambiente.
Con ello, cada persona experimenta zonas de ascenso, descenso y estancamiento en términos de producción de libido que, si bien en solitario no suponen un obstáculo, en pareja sí pueden constituirlo. Por ello, es importante comprender que el deseo sexual es uno de los fenómenos más esporádicos e inconstantes de nuestro organismo.
El momento perfecto
Los estudios en la materia vierten diversos apuntes al respecto. Una investigación del British Medical Journal determina que a las 05:48 horas de la madrugada se registran los niveles de hormonas en sus picos más altos. Durante la noche, los hombres aumentan entre un 25 y un 50% los niveles de testosterona y las mujeres su nivel de melanina, hormona del descanso.
Es precisamente esta hormona la que justifica, según la autora Alisa Vitti, que el deseo sexual esté íntimamente ligado a la calidad del descanso. Esta gurú del sexo defiende que mantener relaciones después de las 3 de la tarde es una buena opción, ya que el descenso de testosterona matinal de los hombres coincide con los picos en los niveles de cortisol de las mujeres a mediodía, los que ayuda a aumentar la energía y el estado de la alerta.
La Luz solar también es un gran aliado para ambos sexos, puesto que estimula la producción de testosterona por estimulación del hipotálamo o niveles de vitamina D, según un estudio de Boston Medical Group.
Depende de la edad
Los expertos coinciden en que las subidas y bajadas o picos y llanuras divergen a medida que se cumplen años. Con 20, la secreción de hormonas sexuales es desmesurada y alcanza su culmine a mediodía por la cantidad de luz que recibe el organismo.
En la transición de la veintena a la treintena, el envejecimiento circular hace que el reloj biológico arranque más temprano. Los hombres se levantan con una estimulación mayor a los años previos y por ello el sexo o masturbación matutina es una buena opción.
A los 40 años, los ritmos de trabajo y conciliación con vida personal suelen conducir a una reducción de las prácticas sexuales propiciada, en muchos casos, por una disminución simultánea de horas de sueño. En este caso, un estudio de la Universidad de Oxford señala que la hora ideal es a las 22:00 horas, dado los beneficios contra el insomnio.
En el orgasmo se libera gran cantidad de oxitocina, por lo que hasta los 50 años es recomendable vincular placer con noche para regular el sueño. A partir de los 60, la libido disminuye y las rutinas laborales dan paso a una mayor disponibilidad para descansar. Por ello, recomiendan aprovechar las tardes para dinamizar las jornadas de los mayores.