Un estudio realizado por la Universidad de Yale (EEUU) y la Amsterdam UMC (Países Bajos), publicado en la revista Nature Metabolism explica el motivo por el que las personas que sufren obesidad tienen más complicado perder peso y mayor facilidad para ganarlo.
Los investigadores han descubierto que el motivo radica en la forma en que el estómago y el intestino delgado comunican al cerebro la sensación de saciedad. El cerebro libera menos dopamina en el área cerebral responsable de regular la ingesta de alimentos, el núcleo estriado, señala dicho estudio.
La dopamina se asocia generalmente con el sistema de recompensa del cerebro y desempeña un papel relevante en la motivación, placer y regulación del estado de ánimo. La clave del estudio se encuentra precisamente en este motivo. Con una liberación menor de este neurotransmisor, que se involucra en la sensación de gratificación, la sensación de hambre dura más tiempo, lo que lleva a comer más.
Mireille Serlie, responsable del estudio, explica que los mecanismos de liberación de dopamina podrían ser clave en la regulación de obesidad: "Necesitamos encontrar dónde está ese punto cuando el cerebro comienza a perder su capacidad para regular la ingesta de alimentos y qué determina ese cambio. Porque si sabe cuándo y cómo sucede, es posible que pueda prevenirlo", explica la responsable del estudio, Mireille Serlie.
El diseño del estudio
Los investigadores han diseñado una prueba que ha reunido a 28 personas que fueron identificadas como 'delgadas' y 30 con obesidad. En todos los casos se les administró un compuesto específico y posteriormente se midió la respuesta cerebral a través de una resonancia magnética.
Entre los participantes delgados se registró una determinada actividad en zonas que regulan la sensación de saciedad, mientras que en el grupo de personas obesas, apenas se registraron cambios en la actividad cerebral durante el estudio.
Los pacientes con obesidad, posteriormente, se sometieron a un programa dietético de 12 semanas para perder peso. Los que perdieron el 10% de su peso se sometieron a nuevas pruebas, que revelaron que el funcionamiento de su peso no había cambiado a pesar de la dieta. Esto puede ayudar a revelar por qué las personas que pierden peso lo recuperan pocos años después de hacer dieta.
"Pensamos que habría diferentes respuestas, pero no esperábamos esta falta de cambios en la actividad cerebral en las personas con obesidad", señala la responsable del estudio, que indica que el descubrimiento ayudará a mejorar los diagnósticos médicos y establecer mejores tratamientos.