"Soraya Sáenz de Santamaría ha vetado a VOX en los medios". Esas fueron las palabras que el líder de la formación de extrema derecha, Santiago Abascal, denunció en el programa 'Seis Mujeres Sin Piedad' de Intereconomía. Un movimiento con el que la vicepresidenta evitaba la fragmentación del centroderecha que ahora se está produciendo.
Todo ha cambiado desde la caída del gobierno de Mariano Rajoy y la llegada del socialista Pedro Sánchez: los medios de comunicación han dado especial relevancia a la formación verde. Por ejemplo, con una amplia cobertura del acto de Vistalegre, cuyo éxito de asistencia no era precisamente una novedad porque se había producido en otras ocasiones previas.
Bajando a los mentideros políticos, las voces que aseguran que la Moncloa de Rajoy favoreció el auge de Podemos para fragmentar la izquierda son vox pópuli y han sido mencionadas en múltiples medios de comunicación.
La estrategia en este tipo de casos es muy sencilla: obligar a que los socialistas deban pactar con un partido que se sitúa a su izquierda y alejar la imagen que le sitúa en el centro del espectro político ya que, en España, las elecciones siempre se han ganado desde el centro.
¿Pedro Sánchez está cocinando la pinza con VOX?
Como hemos comentado, el triunfo de la moción de censura ha sido básico para que VOX alcance una relevancia considerable. Algo que podría acabar con la 'isla' que ha representado nuestro país, el único de Europa (con el permiso de Portugal e Irlanda) en el que no hay una formación de estas características en la primera fila.
Las elecciones andaluzas podrían ser el punto de inflexión, en el caso de lograr un escaño. El CIS controlado por el socialista José Félix Tezanos plantea este escenario y relega al PP a la tercera posición en el parlamento autonómico.
¿Tercera posición? Sería la mayor escenificación de que Pablo Casado no ha cumplido su promesa de recuperar al votante perdido de Ciudadanos o VOX. Esto podría catapultar guerras internas con disidentes que aseguran que Casado no está "cosiendo" el PP y voces como el líder madrileño Ángel Garrido que piden "volver al centro".
Estas dificultades obligarían a que Casado necesite apoyos a su derecha e izquierda si quiere gobernar, por ejemplo, plazas importantes para Génova como Madrid. Pero... ¿cómo vendería Ciudadanos un pacto con la extrema derecha? ¿Hasta qué punto se vería el PP alejado del centro? Aquí surgen las dificultades para que los populares consigan un pacto efectivo, a diferencia del escenario anterior, en el que los acuerdos con C's se producían a lo largo de toda España.
La elaboración de tripartitos obliga, entre otras cosas, a elaborar presupuestos con formaciones ultraliberales en lo económico junto a partidos que apuestan por mantener ciertas estructuras de la socialdemocracia. ¿Cómo se aprueban presupuestos? Difícilmente, pero de ello dependerá la posibilidad de agotar una legislatura.
El PSOE como dique frente a la extrema derecha pero... ¿qué sucede en el Parlamento?
Si tenemos en cuenta que el PSOE se encuentra en pleno ascenso en las encuestas y que el centroderecha empieza a fragmentarse, Pedro Sánchez gana fortaleza y posibilidades reales de recuperar su poder territorial.
A todo ello se suma el interesante argumento de presentarse ante el electorado como la cara dispuesta a contener el discurso ultraderechista, aquel argumento del miedo que acostumbra a aportar réditos electorales. Este dique permitiría, además, que los independentistas y Podemos 'abrieran la mano' a la hora de realizar acuerdos, tal y como ha evidenciado la líder de Adelante Andalucía, Teresa Rodríguez.
Pero, ¿qué sucede en el Parlamento? Aquí surge la incógnita. La actual Ley d'Hont otorga mayor peso a las zonas rurales, que podrían convertirse en el feudo de estas formaciones mientras que Ciudadanos no consigue arañar votos en esta arena.
A mayor poder en el ámbito rural, menor representación de la izquierda, que podría perder escaños. Además, no hay que olvidar que cierto votante actúa movido por el eje antiestablishment y la indignación ante la situación política; dejando de un lado la barrera entre derecha e izquierda. Y sí, esto podría conseguir la sorprendente posibilidad de que algunos votos de Podemos terminen en la organización de Santiago Abascal.
Por el momento, la fragmentación del centro derecha y el viraje del PP hacia el espectro más convervador beneficia al PSOE. Habrá que valorar si esta circunstancia beneficia realmente a la hora de conocer los resultados electorales.