¿Por qué es tan habitual que nos mordamos de vez en cuando los pellejos en los dedos, labios o piel? A menudo muchas personas tienen por costumbre hacer este gesto como forma de alivio emocional. En psicología este además se denomina dermatofagia.
Las personas con dermatofagia sienten el impulso de arrancarse compulsivamente los pellejos que pueden quedar en algunas zonas de su cuerpo. En algunos casos, este comportamiento puede estar relacionado con un comportamiento obsesivo-compulsivo (TOC).
Esto ocurre cuando una persona tiene pensamientos y comportamientos relacionados con estas acciones que podríamos llamar "maniáticas", de forma continua, incontrolable y recurrente. Esta condición psicológica puede llegar a acarrear graves consecuencias si no se trata como es debido.
¿Qué signos presenta una persona con dermatofagia?
Entre los muchos gestos propios de la dermatofagia destacan el morderse la boca por dentro, los labios, los padrastros de los dedos, presentar daños en zonas de la piel y angustia o inseguridad en sus acciones. Aunque este trastorno está relacionado con las personas TOC, no quiere decir que este tipo de actitudes impliquen que ya puedas ser una persona con un trastorno obsesivo-compulsivo.
En la mayoría de casos, las personas que hacen este gesto suele presentarse como una manifestación del estrés o la ansiedad que están sufriendo en ese momento. También puede originarse como respuesta a una situación en la que la persona está incómoda o se siente insegura. "Es una especie de mecanismo de afrontamiento", afirman desde Mundo Psicólogos.
¿Por qué me muerdo?
Mundo Psicólogos propone un listado de posibles causas por las que una persona siente la necesidad de morderse los labios, la boca o los pellejos de los dedos:
¿Cómo dejo de morderme los pellejos?
La solución a dejar de morderse compulsivamente los labios o los dedos es más fácil de lo que parece. Los expertos recomiendan, en primer lugar, tomar conciencia de cuándo se lleva a cabo este gesto y el contexto en el que se realiza. Una vez se conozca, hay que intentar sustituirlo por otro hábito hasta que no sintamos la necesidad de repetirlo (como beber agua o respirar profundamente).
También es recomendable empezar a utilizar técnicas de relajación si la dermatofagia surge como causa del estrés o de la ansiedad que está sufriendo la persona en ese momento. Si el caso fuera muy extremo, es necesario ponerse bajo tratamiento psicológico para que nos den las herramientas adecuadas y así poder lidiar con ello.
En ocasiones, pequeños malos hábitos como este pueden causar problemas más graves como lesiones en la piel, problemas bucales u otros trastornos psicológicos. Por ello es importante no dejar de cuidarse y tratar la dermatofagia para sentirnos mejor en nuestro día a día.