No sabemos cuál es la razón de la moda de los payasos 'asesinos' que salen a la calle: si actúa cada uno por su cuenta, si todos forman parte de una gran broma, si es una estrategia publicitaria... Sea lo que sea, la población está asustada. Lo cierto es que los payasos dan mal rollo, aunque es difícil explicar por qué.
Se supone que los payasos son seres entrañables, que buscan hacer reír a los niños y animar las fiestas de cumpleaños. Pero de un tiempo a esta parte se han convertido en un elemento de terror; tanto es así que hay un nombre específico para este miedo: coulrofobia, que se calcula que afecta a en torno un 2% de la población.
Hay una explicación científica para esto, más allá de películas y series que tienen como protagonistas a payasos asesinos. Y es que la razón por la que nos ponen los pelos de punta es la misma que hace que no nos gusten los zombies ni los robots humanoides: la teoría del uncanny valley (valle inquietante). Es una hipótesis que surgió en relación con la robótica, que sostiene que cuando un robot se parece cada vez más a una persona, llega un momento en que provoca repugnancia. Es cuando parece humano pero no del todo. Si se consigue hacer que parezca igual que un ser humano, la repugnancia desaparece. El valle inquietante es lo que hay entre un robot poco realista y uno clavado a un ser humano.
Lo mismo pasa con los zombies, parecen humanos pero no del todo. Y, por supuesto, con los payasos.
Los psicólogos también creen que nos inquieta el hecho de que ocultan su identidad y sentimientos. Hay algo en la cara pintada que nos hace sentir incómodos, el hecho de que parezca que están siempre sonriendo y debajo de todo ese maquillaje pueda esconderse alguien con muy malas intenciones.
La historia de los payasos
La fobia a los payasos no es nada nuevo, pero antes eran más populares al formar parte de uno de los entretenimientos presentes en la vida de todo niño: el circo. Y antes de eso, teníamos a bufones y arlequines tanto en la corte como en las obras de teatro. Aquí es precisamente donde se cree que empezó esta fobia: los bufones son personajes ambiguos, que pueden ser el centro de todas las bromas o convertirse ellos mismos en los bromistas. Nunca sabías si te estabas riendo con ellos o ellos se estaban riendo de ti. Este carácter travieso pudo haber instigado miedo en los espectadores, puesto que no sabían cómo iba a actuar el bufón. Shakespeare fue el primero que llamó 'clowns' a ciertos personajes que parecían tontos pero que se encargaban de gastar bromas a los nobles. Son personajes que eran a la vez divertidos y malvados.
El payaso tal y como lo concebimos ahora, con su peluca y su cara pintada, nació en el siglo XIX, con un tal Grimaldi, que con su álter ego Joey hacía reír a los que asistían a sus espectáculos. Esta concepción de payaso casi no ha cambiado hasta nuestros días.
La evolución al payaso malvado
El ejemplo por excelencia de payaso asesino en la vida real está en la figura de John Wayne Gacy, un psicópata que durante los años 70 asesinó a al menos 33 jóvenes y los enterró en su casa. Aunque no se vestía de payaso para cometer estos sádicos actos, todo el mundo le recuerda disfrazado de Pogo el Payaso, su álter ego. Gacy también acostumbraba a pintar dibujos de él vestido de payaso rodeado de niños. Fue el causante de que una conducta psicopática y antisocial se asociara para siempre a estos personajes.
Se dice que Stephen King se inspiró en Gacy para escribir su bestseller It, con un payaso asesino como protagonista. Su adaptación cinematográfica era tan terrorífica que muchos adolescentes de los 90 quedaron traumatizados, temiendo para siempre a cualquier payaso. De hecho, hay varios estudios que demuestran que entre los 80 y los 90 aumentó significativamente la cantidad de gente que padece coulrofobia, y se sospecha que esto tuvo mucho que ver con la obra de King.
Desde entonces, Hollywood ha explotado la imagen del payaso terrorífico, en películas como Poltergeist, con un muñeco-payaso que salía de debajo de la cama (no hay miedo mayor en niños de todo el mundo) o en la serie 'American Horror Story', en la que el payaso sádico Twisty nos traumatizó durante la cuarta temporada.
Solo pedimos que la figura de payaso asesino se quede como personaje de ficción y no vuelva a salir a las calles. O, por lo menos, que la moda no llegue a España.