El decreto ómnibus ha caído en el Congreso de los Diputados y, con él, medidas sociales de gran relevancia, como la revalorización de las pensiones, las ayudas al transporte público o la protección de los colectivos vulnerables frente a un desahucio.
El voto en contra de Junts y PP ha impedido que el Ejecutivo cuente con la mayoría absoluta del hemiciclo y la iniciativa ha decaído. Ambas formaciones se escudan en que el decreto incluía medidas que favorecen la 'inquiokupación' y, especialmente el PP, que se concede al PNV un palacete en París.
¿Realmente le estaba regalando un palacete al PNV en París? El edificio, situado en la avenida Marceau de París, es la actual sede del Instituto Cervantes en la capital francesa y, en realidad, es una vieja reivindicación del partido nacionalista al Gobierno de España que nunca se había materializado en realidad.
El origen de las reivindicaciones se sitúa en la propiedad del inmueble, que fue adquirido en 1936 por el PNV, pero después confiscado por la Gestapo y entregado al Estado español, que durante la dictadura de Francisco Franco mantenía una alianza con el régimen nazi.
El PP ha sido muy crítico con esta concesión. Su portavoz, Miguel Tellado, reaccionó con virulencia cuando se conocieron las intenciones del Gobierno, acusando a Pedro Sánchez de "regalar al PNV edificios públicos sin cumplir los requisitos establecidos por la ley de Memoria" y acusando a los nacionalistas de ser unos "rentistas" y "aprovechateguis".
Cuando el PP ofreció al PNV el mismo palacete
Pero la realidad es que las históricas reivindicaciones del PNV sobre este inmueble no son nuevas. En el pasado, los gobiernos del PP también plantearon esta posibilidad abiertamente, especialmente cuando la formación conservadora dependió del voto favorable de los nacionalistas para gobernar.
Durante los mandatos de José María Aznar y Mariano Rajoy se barajó la entrega del palacete como una condición: "Nuestro apoyo a Aznar tuvo pocos acuerdos, pero uno de ellos fue este: Marceau", ha escrito el ex portavoz del partido, Iñaki Anasagasti en su blog. El PP entonces sí se lo planteo, según relata, e incluso tasó el inmueble para venderlo al partido. Finalmente la relación entre ambos partidos se deterioró con el pacto de Lizarra y las promesas no llegaron a buen puerto.
Bajo el mandato de Mariano Rajoy ocurrió lo mismo. Así lo ha recordado el portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, que ha explicado que los populares llegaron a poner sobre la mesa de negociaciones la cesión del edificio de París.
También se abordó esta cuestión bajo el mandato de José Luis Rodríguez Zapatero, cuando Carmen Calvo era ministra de Cultura. Pero la cesión ha estado más cerca que nunca con la Ley de Memoria Democrática, aprobada en 2021, que abre la puerta a restituir los daños de la dictadura, entre los que se encuentra la incautación de este inmueble.
Su historia
El PNV adquirió este inmueble en 1936 y desde 1937 a 1940 fue la sede del Gobierno vasco en París, cuando se trasladó con motivo del avance de las tropas franquistas. El PNV defiende que fue adquirido con fondos de militantes del partido recibidos desde México y Cuba, que darían al partido la titularidad. La compra se realizó mediante transferencias económicas en septiembre de 1936.
Con la entrada de las tropas nazis en París en junio de 1940, el palacete fue ocupado por la Gestapo y después se convirtió en la sede de Falange Española y cedido a las autoridades franquistas. En 1952 fue reconvertido en la Biblioteca Española y en 1991, con la fundación del Instituto Cervantes, fue integrado en su red.
A pesar de que el PNV ha intentado ir a los tribunales en varias ocasiones, el Tribunal Supremo no le dio la razón en 2003 porque entendía que el edificio no se incautó aplicando las leyes franquistas y que se integró en el Patrimonio del Estado en virtud de una sentencia judicial de un tribunal francés.
Fue el Tribunal del Sena, que en 1943 afirmó que los fondos para su adquisición eran falsos y procedían del robo de las arcas públicas españolas. Los nacionalistas critican esta sentencia, puesto que denuncian presiones y la connivencia que existía entre las autoridades nazis que ocupaban dicho territorio por entonces con la dictadura franquista.
