Las galletas son una de las opciones más clásicas a la hora de comenzar el día. Existe una amplia variedad de galletas, pero en España una de las más clásicas son las conocidas como 'María', que seguramente todos hemos probado a la hora del desayuno.
No solo son muy populares en España. También se consumen en otros lugares de Europa e incluso en países como Pakistán o Australia. Se cree que fueron creadas en Londres a través de la empresa Peek Freans. El objetivo era conmemorar un producto de alta categoría.
La historia dice que la unión en matrimonio de la duquesa María Aleksándrovna de Rusia y el príncipe Alfred I de Sajonia, hijo de la reina Victoria, podría ser el contexto en el que comenzaron a elaborarse estas galletas. Sin embargo, en España, uno de sus mayores momentos de esplendor llegó con el término de la Guerra Civil. De hecho, llegaron a ser uno de los símbolos de la recuperación económica.
El motivo por el que las galletas María tienen agujeros
Muchas personas piensan que los agujeros de las galletas María están pensados para que puedan absorber mejor los líquidos. Otros piensan que se incorporan para dar firmeza a la galleta. Sin embargo, la realidad es muy diferente a todo ello.
La cuenta de Instagram Data Food señala que los agujeros tienen una función conocida como 'docking'. Esto significa que "estos pequeños orificios de ventilación permiten que el vapor se escape mientras se hornean, lo que evita que las galletas suban, minimizando las burbujas de aire".
La cuenta se dedica a la tecnología alimentaria y defiende que, sin la existencia de estos orificios, las galletas no se cocerían del mejor modo. "La masa de la galleta tiene muchas burbujas de aire y cuando se calienta, las bolsas se expanden. Para evitar que estallen, una manera llamada Docker hace los pequeños agujeros en la masa para permitir que el aire se escape y la cookie pueda hornear correctamente".
Con ello, explican, "las galletas están planas y crujientes". Por ello, se puede afirmar que los agujeros de las galletas María no son un simple capricho que incorpora el fabricante a estos productos, sino que tienen una importante función relacionada con la tecnología de los alimentos.