El uso de banca móvil ha aportado múltiples ventajas. Mayor versatilidad en los pagos y facilidad de consultas son, principalmente, las cuestiones que han aportado ventajas para todos los usuarios.
Además, se incluye una función muy interesante que muchas personas emplean cuando acuden a establecimientos y que permite facilitar los pagos. Se trata del pago con dispositivos como los teléfonos móviles.
Las aplicaciones que facilitan los bancos permiten instalar nuestras credenciales bancarias y, de esta forma, pagar de forma inalámbrica en cualquier comercio. Sin embargo, conviene guardar determinadas medidas de seguridad.
La necesidad de apagar las tarjetas de crédito
El pago con teléfonos móviles se encuentra a la orden del día. La tecnología NFC permite facilitar el uso de la tarjeta de crédito, acercando el teléfono móvil o reloj a los terminales de pago TPV.
Sin embargo, esto también entraña riesgos. Al igual que encontramos facilidad para no emplear una tarjeta física, también la encuentran los delincuentes para clonarla y, de esta forma, robar nuestros ahorros y generar cargos indebidos en nuestras cuentas.
A pesar de que los métodos de pago bancarios son muy seguros, existe la posibilidad de que alguien pueda hacerse con los datos bancarios e intente hacerse cargo de nuestros ahorros de este modo.
Por este motivo, hay que activar la identificación en dos pasos y la confirmación de los pagos. Se puede realizar a través de una clave instantánea o por nuestra parte, mediante cualquier tipo de identificación válida. De esta forma, podemos desactivar nuestras tarjetas de crédito cuando no las vayamos a utilizar o creamos que se pueden ver comprometidas.
Estas medidas ofrecen un control de los pagos y mayor seguridad. En caso de extravío de la tarjeta, se contempla anular la tarjeta y emitir una nueva, pasos que se ahorran de este modo al establecer una barrera de seguridad en el teléfono móvil.
