El atentado contra la sala de conciertos Crocus City Hall de Moscú ha provocado, al menos, 133 muertes y alrededor de un centenar de heridos, según la información aportada por las autoridades.
Se trata del primer atentado terrorista masivo en el país desde el inicio de la guerra de Ucrania y el mayor perpetrado en el país desde la masacre de la escuela de Beslán, en 2004.
El grupo terrorista Daesh ha reivindicado la autoría de este ataque. Se trata, en concreto, de su rama centroasiática, Estado Islámico de Khorasan, que emplea la antigua denominación de una región que incluía determinados puntos de Irán, Turkenistán y Afganistán, que surgió en el este de Afganistán en 2014 y que está enfrentado a los talibanes.
Ataques a Rusia
El grupo Daesh ha situado a Rusia en el objetivo, especialmente durante los últimos dos años. En este contexto, toman relevancia dos acciones militares que las autoridades de Moscú está desplegando en el extranjero y que han llevado a situar al país en el centro de sus ataques.
Uno de esos puntos es Siria. En este país, el Kremlin se ha situado como el principal aliado y sostén del dictador Bashar al Assad en el poder. El régimen ruso financia su Gobierno, que está tomando un papel preponderante en el avispero en el que se ha convertido su territorio durante la última década, y combate a los grupos disidentes, pero también yihadistas.
En Siria, pero también en algunos territorios de Irak, el grupo Daesh fundó el autodenominado Califato, en el que empleó su mano de hierro para imponer su modelo de sociedad.
La intervención rusa ha sido clave para que las fuerzas leales a Al Assad hayan retomado el control de gran parte del territorio del país y, de este modo, que el grupo haya experimentado importantes retrocesos en el país.
Pero no es el único punto. Rusia también ha realizado incursiones en el Sahel, una franja situada en el norte de África conocida por su inestabilidad, donde los terroristas han aprovechado para controlar territorios. Este punto, además, representa un reto para la seguridad europea, puesto que representa el flanco sur de la OTAN y se encuentra muy próximo al Viejo Continente.
En este punto, se han empezado a suceder golpes de estado prorrusos en Níger, Mali y Burkina Faso, en los que han participado los mercenarios de las milicias Wagner, llevando a fuertes enfrentamientos entre grupos extremistas y los gobiernos locales, a los que directamente apoya Wagner. En Mali, por ejemplo, los extremistas mantienen el control de Menaka, una región en el este fronteriza con Mali y donde el grupo pretende instaurar otro 'califato'.
Amenazas previas
El presidente ruso, Vladímir Putin, han intentado vincular a Ucrania en el atentado, y ha asegurado que los terroristas intentaban huir a este lugar, a pesar de que fueron interceptados en un punto más cercano a la frontera bielorrusa. El presidente del país, Volodímir Zelenski, ha rechazado por completo estas afirmaciones.
Lo cierto es que Rusia ya había recibido advertencias previas sobre la posibilidad de sufrir un ataque de estas características. El pasado 8 de marzo, varias embajadas occidentales, incluyendo Estados Unidos, alertaron a sus nacionales en Rusia sobre la posibilidad de atentados inminentes y, por ello, llamaban a evitar eventos de grandes dimensiones.
"La embajada está al tanto de informaciones que sugieren que extremistas planean ataques contra concentraciones masivas en Moscú, incluyendo conciertos", expresó entonces la embajada estadounidense en un comunicado.
Durante esta jornada, la inteligencia rusa (FSB) anunció que había neutralizado en Kaluga a una célula del Daesh que tenía intención de atentado contra una sinagoga de Moscú: "Los terroristas mostraron resistencia armada durante su detención y fueron neutralizados por el fuego defensivo", publicó entonces la agencia TASS.
El 3 de marzo, por su parte, las fuerzas de seguridad del país habían eliminado a seis supuestos yihadistas en una operación en Ingushetia, en el Cáucaso Norte. El Comité Antiterrorista del país indicó que los fallecidos eran miembros de esta organización.
Cabe destacar también otro precedente, en esta ocasión del Estado Islámico del Khorasan, la rama del Daesh que ha atentado en Moscú, contra intereses rusos. Ocurrió el 5 de septiembre de 2023, cuando el grupo reivindicó un atentado en las inmediaciones de la embajada rusa de Kabul, en el que murieron el segundo secretario y un guardia de seguridad.
Los precedentes de Estado Islámico del Khorasan
Rusia ha sido una de las pocas naciones que han mantenido su embajada en Afganistán tras la llegada de los talibanes al poder.
El Estado Islámico del Khorasán tiene varias acciones a sus espaldas. En enero de 2024, el grupo asumió la autoría de un ataque con bombas en la ciudad iraní de Kermán que provoco más de 80 muertos.
Además del ataque contra la embajada rusa, este grupo también se atribuyó la responsabilidad del ataque contra el aeropuerto internacional de Kabul, que mató a 13 soldados estadounidenses y decenas de civiles en 2021.
En este contexto, cabe destacar la advertencia realizada a comienzos de este mes, cuando el principal general estadounidense en Oriente Medio advirtió que el grupo podría atacar intereses estadounidenses y occidentales fuera de Afganistán "en tan solo seis meses y con poca o ninguna advertencia".