¿Eres de los que te gusta experimentar con la comida? ¿Te gustan los gofres? Bueno, pues directo y desde el barrio madrileño de Chueca, llega la polla gofre o el 'pollofres' de grandes proporciones. "Doble función, sensación única", como suelen decir. Un postre dulce y con forma de pene que llega para provocar o no, pero que está siendo un éxito en ventas en La Pollería (Barbieri, 23), como cuenta Pedro Buerbaum, el dueño del pequeño negocio.
Que hablen mal o bien, pero que hablen. Eso es lo que habrá pensado su dueño. Ha logrado la mejor publicidad posible. Su 'pollofre' se ha hecho viral en redes sociales y ha llegado a las páginas digitales de decenas de medios. Sus cuentas oficiales se han disparado y la venta y acogida del producto "ha sido increíble", en palabras de Pedro. Todo el mundo habla de ello y eso supone cientos de euros ahorrados en campañas publicitarias.
El éxito de sus 'pollofres' les ha sorprendido de tal manera que la tienda todavía no está terminada al 100%. Le falta la decoración, el rótulo de la puerta con el nombre del establecimiento; sin embargo, los clientes esperan a que abran para comprar tan sugerente y dulce postre. El dueño lo califica de una auténtica "locura" lo que les está ocurriendo. El postre cuesta 3,8 euros más 50 céntimos por la cobertura a gusto del consumidor, pero a la gente le da igual: Quieren el "pollofres" sí o sí.
Diversificando el negocio
La cobertura estrella, como no podía ser de otra forma, es la blanca ya que a la mayoría de sus clientes les gusta "el hiperrealismo", cuenta el dueño. Muchas personas se acercan por curiosidad tras verlo en redes sociales, pero gran parte cae en la tentación de comprarse uno. Eso sí, se lo comen dentro del pequeño local ya que es "muy grande" para comérselo en la calle.
Pedro explica que más que una provocación, fue una idea para "diversificar" su heladería y poder llegar a vender más productos en invierno. Una de ellas, fue la de "servir gofres" y por ello pidió a la fábrica de china donde encarga las wafflereas, moldes para hacer gofres, sus catálogos. En una de sus páginas encontró distintos moldes de temática sexual. Allí vio el molde de la polla y decidió comprarlo. Lo que ocurrió ya lo sabéis: el éxito del 'pollofre'.