Un agente de la Guardia Nacional Bolivariana ha matado de un disparo a una joven que se encontraba en un reparto de comida en el oeste de Caracas. La víctima se encontraba en un reparto de perniles (jamones) cuando la tensión comenzó a florecer.
La entrega multitudinaria de comida subvencionada por la Administración de Nicolás Maduro formó ingentes colas y tensión en las calles. En mitad de la larga espera, los ciudadanos allí congregados comenzaron a criticar la falta de abastecimiento y comida en el país latinoamericano.
Según las autoridades, los manifestantes comenzaron "a tornarse violentos", lo que requirió la llamada a "la Guardia del Pueblo", que se personó en la zona "a fin de solicitarles que se fueran a sus casas".
La situación, sin embargo, se tensó más de la cuenta y uno de los agentes, para calmar los ánimos, tuvo la ocurrencia de comenzar a disparar su arma hacia el aire. Según su versión, un fallo de cálculo hizo que la bala terminara impactando en el cuerpo de la joven, que ingresó en el hospital sin constantes vitales.
Las manifestaciones se han sucedido durante los últimos días. Los ciudadanos denuncian que el Estado no está sufragando los jamones comprometidos para las fechas navideñas, una tradición en el país caribeño.
"Falta de provisiones"
Este último motivo fue el que avivó las protestas. Según el concejal de la localidad, Jesús Armas, "había un operativo de venta de jamones allí, pero eran insuficientes. Entonces la gente comenzó a protestar y el guardia nacional se puso muy nervioso, se desesperó y empezó a disparar. Le disparó a esta joven embarazada de 18 años en la cabeza y le disparó en el glúteo a un joven de 20 años", ha señalado.
La joven respondía al nombre de Alexandra Colopoyn, tiene 18 años de edad y estaba embarazada de 25 semanas, según el atestado judicial. Las autoridades ahora investigarán todo lo sucedido para depurar responsabilidades.
Crisis económica tras el bloqueo de Estados Unidos
La inflación económica derivada del bloqueo internacional impuesto desde Estados Unidos está provocando la generalización de la miseria en Venezuela. La constante devaluación de la moneda ha minado el mercado del país caribeño, con unos billetes que pierden valor y no permiten acceder a los bienes más necesarios.
Los bloqueos internacionales han provocado, además, la escasez de productos en los centros de distribución, por lo que los ciudadanos cuentan con mayores problemas para acceder a bienes de primera necesidad.
La imposibilidad de cambiar el bolívar con el resto de monedas internacionales también ha provocado que los venezolanos puedan guardar su dinero en el extranjero. Para ello deben de contar con un permiso del Gobierno que fije una cantidad determinada en función de la situación de cada ciudadano. Una forma de evitar la evasión de capitales.
La situación está provocando fuertes tensiones en las calles que están cobrando vidas humanas, en un ambiente que, en ciertas ocasiones, recuerda a la preguerra. El descrédito que vive la oposición por sus escándalos de corrupción ha supuesto que los venezolanos opuestos al gobierno de Maduro no cuenten con una representación política de su agrado.
