Jennifer Lawrence ha vuelto a estar en el ojo del huracán mediático. No es la primera vez que le pasa, y sabiendo lo conocida y controvertida que es, seguramente tampoco vaya a ser la última. En esta ocasión, ha sido por aparecer en una fotografía rodeada de sus compañeros de 'Gorrión rojo', la película que acaba de ser estrenada. La fotografía ha sido hecha en una terraza en Londres, con los cinco grados reglamentarios que el clima marca ahora mismo... Y con Lawrence en un vestido de tirantes, con un gran escote, un corte lateral muy pronunciado y unas sandalias de tacón. Precisamente esto ha sido lo que ha provocado las críticas en las redes sociales.
Principalmente Twitter se ha llenado de comentarios sobre lo "machista" y "sexista" que es que todos los compañeros de la actriz vayan con jersey, camisa y chaquetón, mientras que ella solo vaya en tirantes. Se ha hablado de las imposiciones estéticas que la sociedad inculca en las mujeres desde que estas son jóvenes, sobre la necesidad que estas sienten a la hora de mostrarse siempre atractivas, siempre atrayentes para los hombres. Y se ha criticado abiertamente a la actriz, señalándola como un ejemplo nefasto para el feminismo.
Incluso se ha criticado ampliamente la fotografía en sí misma, tachándola de machista sin más. Jennifer Lawrence se ha visto obligada a contestar en su Facebook personal, al parecer bastante cansada de las acusaciones que ha tenido que leer. Cree que toda esta polémica es, en sí misma, "ridícula". "No sabría cómo empezar con este 'Jennifer Lawrence pasando frío con un vestido escotado'. Esto no es solamente ridículo, sino que me hace sentir extremadamente ofendida. El vestido de Versace era fabuloso. ¿Creéis que iba a cubrir ese precioso vestido con un abrigo o una bufanda? Estuve fuera cinco minutos. Habría salido hasta con nieve con ese vestido porque me encanta la moda, y esa fue mi decisión", ha explicado, convencida.
¿Salió con el vestido porque quiso? ¿Criticarla es feminismo?
Según la actriz, criticarla y formar una polémica a raíz de una foto es "sexista", "ridículo" y "no es feminismo". "Todo lo que me veis puesto es mi elección, y si quiero pasar frío también lo es", ha concluido. Y lo cierto es que su parte de razón tiene. No es feminismo criticarla por llevar un vestido; es hasta misógino menospreciarla, señalarla e infantilizarla, como si no tuviera ningún poder de elección con respecto al vestido que quiere llevar. Es lógico que considere incluso ofensivo que crean que no tiene voz sobre sí misma, que no es capaz de imponerse y señalar que, si tiene frío, prefiere ponerse un abrigo.
Toda esta crítica tan atroz atenta incluso contra su libertad individual. Porque si bien las mujeres deben ser libres de ponerse la ropa que más cómoda le parezca, también deben serlo a la hora de decidir que prefieren ponerse un vestido escotado, o unos tacones altísimos. Lo que el feminismo pretende es que la mujer sea capaz de decidir por sí misma, sin sentir ningún tipo de presión social. El feminismo busca que la mujer sea valorada por lo que es, y no por su apariencia física; que no se menosprecie a una mujer por llevar falda, y que tampoco se la maltrate por llevar pantalones. La libertad de la mujer, a fin de cuentas.
Ahora bien: es cierto que criticar a Lawrence por llevar una vestimenta determinada no es feminismo, pero plantearse si realmente ha decidido libremente llevar ese vestido, sin sentirlo como una imposición social, sí lo es. Preguntarse por qué una chica joven prefiere llevar un vestido extremadamente escueto en un clima tan frío, cuando es evidente que físicamente se encontraría más confortable con un abrigo, es feminismo. Porque sí, en su caso ella ha indicado que es porque ama la moda... Pero también es porque la sociedad le ha inculcado que debe llevar los hombros al aire para sentirse atractiva, para sentirse válida.
Jennifer Lawrence no llevó ese vestido únicamente porque quiso, por una elección personal (aunque sí lo decidió ella, y eso es innegable), sino que también lo hizo porque sabía que de esta forma agradaría al público. Sabía que recibiría elogios y, en ese momento, la imagen que transmitiera le importaba mucho más que un posible resfriado. El por qué priorice la imagen a su salud es precisamente lo que se pregunta el feminismo, y es lo que la actriz también debería preguntarse. Eso sí, si finalmente, pese a todo, decide que prefiere seguir sin abrigo para enseñar el vestido, debe ser libre de hacerlo sin recibir ningún tipo de crítica.