La crisis catalana podría provocar todo un terremoto en el reparto de escaños en el Congreso de los Diputados. Esa es la conclusión a la que llegan los últimos sondeos, que arrojan nuevos datos sobre los resultados de la última crisis política más grande del último período democrático.
Las claves de estos sondeos son las siguientes: Ciudadanos y PSOE se disparan, amenazan el liderazgo del PP. La formación conservadora baja por sus guerras internas, la gestión del asunto catalán y el mal resultado que ha obtenido en las últimas elecciones del 21-D, donde no ha llegado a alcanzar grupo propio.
Pero, sin embargo, el dato más llamativo es el hundimiento de Podemos, que pasa a convertirse en la cuarta fuerza del Parlamento y pierde hasta 22 escaños (obtendría entre 49 y 55). La formación morada se descuelga del cuatripartito al quedarse con un 16,1% de los votos, según apunta un sondeo de NCReport para La Razón.
La encuesta también revela que el PP continuaría a la cabeza en votos, pero perdiendo tres puntos respecto a las últimas elecciones. En este caso, la formación de Mariano Raoy pasaría de los actuales 137 escaños a una horquilla de entre 124 y 127.
El PSOE continúa como segunda fuerza en el Parlamento, y sube entre 3 y 8 escaños, lo que le acercaría la barrera psicológica del centenar con una horquilla de entre 88 y 93 diputados, gracias al 23,8% de los sufragios.
El más beneficiado de la crisis es, sin duda, Albert Rivera. Ciudadanos consiguió canalizar el voto útil en las catalanas y gracias a ello aumentará 22 esca´ños. Esto haría que paso a convertirse en la tercera fuerza del Parlamento con más de cuatro millones de votos y entre 55 y 57 diputados.
Pablo Iglesias se convierte en el líder peor valorado
Junto con el descalabro en votos, el líder de Podemos cuenta también con la peor valoración de los cabezas de los distintos partidos. En concreto, los votantes le otorgan una puntuación de 2,6 sobre 10.
Por encima de Iglesias, se situarían Albert Rivera (Ciudadanos), con un 3,9 -lidera las valoraciones-. Por detrás, Pedro Sánchez con un 3,5 y Mariano Rajoy con un 3,1. Unas cifras que muestran el aumento de la desafección hacia los líderes políticos.
La abstención, además, aumenta un 7%, pasando del 33,5% al 40,2%. Todo ello haría que la participación en las elecciones no alcanzase el 60%. La encuesta recogió todos los datos y valoraciones entre las jornadas del 26 y 30 de diciembre.