El poder de Susana Díaz dentro del PSOE se encuentra completamente en entredicho. Por no decir que está en peligro de extinción. Por no decir que en Ferraz la descartan completamente como candidata y por ello ya están ejecutando un plan cuidadosamente diseñado para desalojarla del liderazgo andaluz.
No hay dudas sobre la nefasta relación que existe entre Díaz y Sánchez, una relación rota desde que se desalojó al ahora secretario general al grito de "la única autoridad soy yo" de la correligionaria susanista Verónica Pérez; y los constantes desplantes que ha vivido tras llegar a La Moncloa desde la federación andaluza.
Por todo ello, cuando la derecha desalojó al PSOE por primera vez en democracia, algunos miembros de la actual dirección nacional pidieron el 'ojo por ojo': montar una gestora, desalojar a Susana Díaz y renovar el liderazgo.
Pero Pedro Sánchez es más hábil, como demostró en su libro 'Manual de Resistencia' y por ello tiene otro plan: su 'Operación Mecano', basada en desmontar por escalones la cadena de mano de la líder andaluza hasta que sea consciente de que debe abandonar su puesto por decisión propia. Nada de conflicto directo: bisturí frente a golpe de maza.
Y por el momento está funcionando. El último paso se ha materializado con el nombramiento de Alfonso Gómez de Celis, del PSOE andaluz enfrentado frontalmente con Díaz, como vicepresidente segundo de la Mesa del Congreso. Todos los susanistas han quedado relegados a puestos sin influencia en la Cámara Baja: Gómez de Celis llega a su puesto relegando a Micaela Navarro, gran amiga de Susana, a quien han enviado al Senado sin ningún papel destacado. Además, a su sustituto le han enviado un encargo clave: "preparar el futuro" en Andalucía. Ordenar la transición desde la disidencia a la secretaria general del partido en la región.
El próximo paso: las diputaciones
Con @sanchezcastejon en el Gobierno y Rafa Recio en el Ayuntamiento, los socialistas somos los únicos que garantizamos la igualdad, la limpieza política y el progreso de Camas (#Sevilla). @psoedesevilla#SiempreHaciaDelante#LaCamasQueQuieres#RafaAlcalde#VotaPSOE /?? pic.twitter.com/JsYvsj6GGc
— Alfonso R Gómez Celis (@gomezdcelis) 24 de mayo de 2019
Junto a Gómez de Celis, el hombre de peso llamado a ordenar esa transición es Quico Toscano, el alcalde de Dos Hermanas, que revalidará mandato en la que será su décima victoria consecutiva, según todas las encuestas.
El próximo paso para desmontar el engranaje de poder de la aún todopoderosa líder andaluza se evidenciará en la conformación de las diputaciones andaluzas. Desde Sevilla, Susana Díaz quiere tener la última palabra para imponer el nombre de los presidentes, pero en Ferraz tienen muy claro que habrá intervención y que no se nombrará a nadie sin su visto bueno. Nuevamente, tienen todas las papeletas de su mano: la federación andaluza ha perdido toda su influencia en Madrid y los ministros andaluces como Carmen Calvo y María Jesús Montero, que podrían decantar la balanza, se encuentran completamente distanciados de Díaz.
El poder de Díaz se encuentra desgajado fuera de su región (de ahí las salidas de personalidades como Soraya Rodríguez, ahora en Ciudadanos), pero ahora toca meter mano dentro, en el grupo parlamentario, donde no hay ninguna disidencia, al menos a priori.
La intervención del PSOE andaluz empieza con los relevos en las diputaciones, pero los congresos que se celebrarán en los próximos meses podrían colocar a afines al frente de las federaciones provinciales. Líderes que se podrían rebelar en contra de DÍaz cuando fuera oportuno y, sobre todo, romper de manera tajante la cadena de mando sin que nadie tenga que acudir a su despacho para cambiarle la cerradura a escondidas.
Un salvavidas roto y un nombre propio
Mientras tanto, Susana Díaz intentará presentar como una tabla salvavidas los resultados que el PSOE obtendrá en los municipios andaluces este 26 de mayo. Con ello, asegura, quiere evidenciar que pronto volverá a convertirse en presidenta y que el tripartito de derechas se dinamitará antes de que termine la legislatura por los intereses propios de VOX.
Sin embargo, nadie la cree. En Ferraz se frotan las manos para decir que las generales y las municipales muestran que la marca PSOE funciona, que la moción de censura ha revitalizado al partido y que lo único que lastra sus aspiraciones es un liderazgo como el de Susana Díaz.
A partir de aquí llegaría, la 'Operación Montero', basada simplemente en colocar en la presidencia del PSOE regional a la actual ministra de Hacienda en funciones, María Jesús Montero, que ha demostrado una extraordinaria habilidad a la hora de manejarse en el debate parlamentario.
Pedro Sánchez lo confía todo a ella, a su verbo ágil, su capacidad gestora, su formación, su carisma y su habilidad de adoptar consensos. Todo, para que la llegada de una nueva lideresa genere los menores recelos internos posibles y permita a Ferraz demostrar que Susana Díaz suponía un lastre para las aspiraciones del partido.