El dictador Francisco Franco se asomaba a sus últimos días con vida postrado en una cama. Toda la gente que le rodeaba temía por su muerte porque con ella también se iban muchos de sus privilegios. Sus más allegados se devanaban los sesos por lo que iba aocurrir después de su fallecimiento. Tanto es así que algunos de ellos utilizaban su imaginación para dar con alguna forma de mantener con vida al caudillo.
Entre ellos se encontraba José Luis Pita Caruncho, un empresario de piensos de El Ferrol, que quería aportar su querido cuerpo para alargar la vida de Francisco Franco. Así, cuando faltaban poco menos de 20 días para el fallecimiento del caudillo, decidió ponerse en contacto con el equipo médico para trasladarles la idea de que utilizaran su cerebro como recipiente del de Franco. Una idea al nivel del doctor Josef Mengele de los nazis. No, y no es broma.
"Franco era el mejor piloto; y mi cuerpo, el coche"
En 1982, tras siete años de ese momento crucial, confesó a un periodista de Diario 16 que lo hizo "porque era un hombre irrepetible, sin el cual yo sabía que este país se iba a pique. Quería que mi cuerpo sirviese como vehículo del suyo", a lo que añadió que "el cerebro es como el conductor del coche. Franco era el mejor piloto; y mi cuerpo, el coche, estaba joven y sano. Si hubiesen trasplantado su cerebro a mi cuerpo, ahora él seguiría en El Pardo para bien de todos", puntualizó.
El empresario, después de este episodio rocambolesco, se dedicó a trabajar en su fábrica de piensos. "Después de aquello no volvió a protagonizar ningún episodio de ese calado. Siguió con su fábrica de piensos y se jubiló", cuenta uno de sus allegados a El Español. José Luis Pita Caruncho murió hace unos 15 años y todos sus amigos y familiares le recuerdan como "un hombre generoso, dedicado al trabajo y a su familia, un gran padre".
La familia y conocidos no terminan de comprender cómo le llegó esa idea a su cabeza, ya que no tenía ninguna relación o vínculo especial con el dictador; de hecho, no le llegó a conocer nunca.
La carta tuvo contestación
La carta que trasladaba semejante oferta al equipo médico del caudillo fue enviada a través del ayuntamiento hasta la Secretaría de Franco. Sí, el escrito enviado por José Luis Pita Caruncho tuvo contestación. El Diario 16 tuvo la oportunidad de transcribir los dos mensajes al completo.
En el escrito de José Luis decía que "ante la serie de dolencias y la enfermedad de S.E. el jefe del Estado Generalísimo Franco, que guiado por Dios y por su fiel y leal servicio a la Patria nos ha llevado al puesto privilegiado del que gozamos hoy en España (...), considerándome buen español con un recto sentido del deber y buena conducta pública y privada (...), pongo todo mi ser orgánico al servicio del equipo médico que atiende a S.E.".
La respuesta que recibió por parte de la Secretaría de Franco fue la siguiente: "Muy señor mío. A través del Excmo. Sr. Gobernador Civil de esa provincia se ha recibido en esta Secretaría fotocopia del escrito dirigido por usted al señor alcalde presidente del Ayuntamiento de esa localidad, en el que ofrece todo su ser orgánico al equipo médico que atiende a Su Excelencia el Jefe del Estado y Generalísimo. La Excma. Sra. doña Carmen Polo de Franco y demás familiares, así como el equipo médico que atiende a Su Excelencia, profundamente conmovidos por su abnegado y desinteresado ofrecimiento, unido a su afectuoso saludo, le hacen presente su agradecimiento de todo corazón aun cuando ello no parece sea preciso".
Esta contestación estaba firmada por el propio Felipe Polo Martínez-Valdés, el cuñado de Francisco Franco que moriría en 1979.