La getafense Sandra Palo, de 22 años, fue brutalmente violada y asesinada por un grupo de menores de edad en 2003. Un crimen atroz que abrió decenas de informativos y conmovió a la totalidad de la sociedad española. El Ayuntamiento de Getafe decidió inaugurar el sábado una placa en homenaje y recuerdo de Sandra "por los hechos terribles que sucedieron en el año 2003 y por la lucha incansable de su madre y de su padre para que no se pierda su memoria", explicaba Sara Hernández, la alcaldesa.
Sin embargo, unos "mal nacidos y cobardes" como los definía María del Mar Bermúdez, la madre de Sandra Palo, han decidió lo impensable: boicotear la placa. Esta se levantaba el lunes, apenas dos días después, pintada totalmente en la que no se podía reconocer lo que allí ponía. Un acto vandálico de demasiado mal gusto que muy difícilmente se puede justificar.
Un boicot sin justificación
La madre ha querido dejar claro que "si alguien tiene algo en nuestra contra que venga y nos lo diga, pero que no lo paguen con mi hija que no se puede defender". Mientras la alcaldesa ha dejado claro que "no hay ninguna justificación para quien haya hecho esto" dejando claro que "Getafe es una ciudad solidaria, reivindicativa y respetuosa, y este acto vandálico va contra nuestros principios morales y sociales".
El propio Ayuntamiento de Getafe ha dicho que ya están manos a la obra para sustituir la placa pintada por una nueva en la que de nuevo se pueda leer: "Para que ni la mayor de las sombras apague nunca tu sonrisa" junto a una imagen de Sandra Palo. Un gran homenaje para la joven getafense en el parque Castilla la Mancha de la localidad.
