Cristina Rodríguez Veloso se citó en 2021 con José María Roldán Zapata, un hombre al que había conocido en una web de citas. Él se trasladó desde Castelldefels (Barcelona) hasta Ourense para visitarla, en Cortegada, una aldea de 200 vecinos, pero después de tres días de visita, le pidió que se marchara.
Una petición a la que él se negó por completo. Este se ha considerado el probable móvil del asesinato que ahora se está juzgando y por el que se pide una pena de prisión de ocho años para la acusada.
El Tribunal del Jurado encargado del caso la ha declarado culpable de un delito de asesinato por unanimidad. Inicialmente, la mujer se enfrentaba a una condena de 18 años de cárcel, pero se ha visto reducida hasta 8 por su colaboración con la justicia durante todo el procedimiento.
"Le di pastillas y lo asfixié con la almohada", ha contestado la acusada ante el interrogatorio de la fiscal del caso, en el que también ha ratificado que roció el cuerpo con gasolina y, cuando ya estaba calcinado, lo troceó y enterró en su propio jardín y un bosque cercano a su vivienda.
La Fiscalía alega que era plenamente consciente de lo que estaba haciendo cuando quemó el cuerpo y desmembró con una pala para su entierro, y tan solo reconoce que sufrió un trastorno de ansiedad cuando cometió el crimen, lejos de otros atenuantes que pudieran influir drásticamente en su condena.
La alerta de su desaparición solo llegó cuando ella se citó con su médico de cabecera y le dijo que había muerto un hombre en su casa y que por este motivo se deshizo del cuerpo al ponerse nerviosa por lo ocurrido. El facultativo relató todo a la policía, que ya habían abierto una investigación después de que la familia de la víctima denunciara su desaparición.
Cuando los agentes irrumpieron en su vivienda para los registros, finalmente confesó todo lo ocurrido. Los policías recuperaron un pie enterrado debajo de un olivo y después multitud de huesos en la finca y una bolsa llena de vísceras, según aparece reflejado en la investigación.
Quería cortar la relación tras varias discusiones
El encuentro entre ambos no fue como esperaban y discutieron en hasta tres ocasiones. "Como consecuencia, la mujer suministró al hombre una cantidad no determinada de medicación hipnótica y antidepresiva", recoge el escrito de acusación, empleado medicación prescrita por su médico. "Esto provocó que la víctima se adormeciese hasta el punto de la inconsciencia, lo que ella aprovechó para asfixiarlo con un almohadón", prosigue el escrito.
Después, la acusada trasladó el cuerpo al jardín, con varias hogueras donde arrojó los restos mortales y aceleró las llamas con gasolina para intensificar la quema. Solo los huesos y el pie izquierdo permanecieron, que enterró en un lateral de la vivienda, como primer indicio descubierto.
El informe realizado por las psicólogas del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga) apela a varios problemas de salud mental en la acusada y una inteligencia baja que suponen "rasgos muy disfuncionales" y conductas "muy impulsivas", que derivan en una "limitación moderada de la voluntad", aunque aclaran que sabía perfectamente lo que hacía y que "no lo hizo movida por una enfermedad psicótica".
