Chrystul Kizer es una joven de 19 años de Wisconsin, Estados Unidos, que actualmente se enfrenta a una condena de cadena perpetua por matar, a sus 17 años, al hombre que la maltrataba, prostituía y violaba, Randall Volar.
Randall Volar estaba en libertad bajo fianza por poseer vídeos de pornografía infantil, en los que se había grabado abusando de una docena de niñas, entre las que se encontraba la propia Chrystul Kizer.
El asesinato
La joven conoció a Randall cuando tenía tan solo 16 años, y según declaró en el juicio, el hombre cobraba a otros para que la agredieran sexualmente en diversos hoteles.
Según The Washington Post, Kizer disparó dos veces al hombre antes de prender fuego a su casa. Después cogió el coche de Volar y huyó. A día de hoy, ha declarado que en aquel momento entró en pánico. Sin embargo, tras el suceso, las autoridades encontraron 800.000 dólares en criptomonedas en casa de Volar y comprobaron que había hecho transferencias de hasta 1,5 millones de dólares. Por ello, acusan a Chrystul de haber llevado a cabo un crimen premeditado.
Mientras Kizer se enfrenta a una condena de cadena perpetua, su defensa ha pedido que sea indultada del delito de homicidio en primer grado, posesión de un arma de fuego y otro delito por haber incendiado la casa de manera intencionada.
No obstante, el fiscal del distrito ha rechazado aplicar la ley que permite absolver a las víctimas de la trata, vigente en la mayor parte de Estados Unidos, mientras que se basa en la idea de que el crimen fue premeditado.
La joven robó el coche al hombre y previamente había escrito mensajes a su amiga indicándole que pronto tendría "un BMW" y preguntándole a su novio que "cuándo quería que lo hiciera". Asimismo, la joven hizo un directo en Facebook tan solo tres días después del homicidio, vídeo en el que aparece mostrando un arma y asegurando que le regalaría un BMW a su hermano, alegando que ya no quería "disparar a nadie más".