Atresmedia se dispone a estrenar esta misma noche su nueva gran apuesta de series de ficción, 'La casa de papel'. De los creadores de 'Vis a vis', este thriller gira en torno a un la preparación de un gran atraco, y ha levantado bastante expectación entre la audiencia, prometiendo un éxito similar a anteriores series de la cadena. Sin embargo, hoy mismo se generaba en Twitter un movimiento de boicot bajo el hashtag #BoicotLaCasaDePapel, ¿la causa? La participación de Itziar Ituño como miembro del reparto de la serie.
La actriz Itziar Ituño ha levantado polémica estos días porque su ideología política no gusta a un sector de la población lo suficientemente grande como para hacer ruido de cara al estreno de 'La casa de papel'. Ha hecho pública en varias ocasiones su simpatía por el partido Bildu, también se ha dejado ver en un acto de apoyo a Arnaldo Otegui, y también ha aprovechado su posición en la industria para apoyar el acercamiento de los presos de ETA al País Vasco, y dar voz a las familias que llevan pidiendo años que estas personas tengan el mismo trato que el resto de presos y presas del país. Estos actos son tomados por algunas personas como un apoyo explícito a la banda terrorista ETA, aunque Bildu sea un partido legal, ver a los presos es un derecho que tienen las familias, y el encarcelamiento de Otegui lleve alrededor también mucha polémica y discusión.
En 'La casa de papel', Ituño interpretará a Raquel, una policía que jugará importante papel en la negociación con los atracadores de ese gran botín. La actriz vasca salía semanas atrás en la temporada 18 de 'Cuéntame cómo pasó' haciendo de Koro, la dueña de un restaurante en Bruselas donde Carlos trabajaba como friegaplatos. Su personaje era el de una exmiembro de ETA arrepentida de haber pertenecido a la banda. Las personas que apoyan a la actriz en estos momentos se preguntan por qué en ese momento no hubo tal polémica. Era su primer papel fuera del País Vasco, y ahora con la producción de Antena 3 continuaba su carrera por nuevos proyectos fuera de su tierra, donde había rodado la premiada 'Loreak (Flores)'.
El boicot, nuevo deporte nacional
En el último año, aproximadamente, hemos sido testigos de varios boicots por parte de los sectores más conservadores del país hacia productos audiovisuales de la cultura española. Primero fue el estreno de 'La reina de España' tras las declaraciones de Fernando Trueba, que había dicho que nunca se había sentido español. Esta frase del director madrileño, que luego explicó ya que había sido sacada de contexto, respondía a un rechazo hacia cualquier tipo de nacionalismo por el peligro que entrañan esas ideas. Así quedó demostrado después.
Posteriormente, fue otra actriz vasca, Miren Gaztañaga. Había protagonizado un sketch de humor en la ETB en la que se reía de la cultura española. Aunque en el pasado los chistes de 'Vaya semanita' nos hacían mucha gracia porque hacían ese humor de reírse de uno mismo, los patriotas españoles más extremistas no fueron capaces de hacer lo mismo e iniciaron otra campaña de boicot, esta vez contra la película protagonizada por Gaztañaga, 'El guardián invisible'.
Ahora ha sido con Itziar Ituño en 'La casa de papel'. Esperamos que el ruido que haya generado este movimiento contra la serie no sea lo suficientemente grande como para estropear el estreno de esta noche, y que la producción sea juzgada por su mayor o menor calidad y no por cuestiones personales de su reparto.
Perjudicando a todas y todos
Sin embargo, no son pocos y pocas quienes rechazan el boicot. Critican que estas iniciativas contra una película o serie de televisión porque no les gustan o malinterpretan las ideas de alguno de los miembros de la producción, olvidan que hay cientos de personas detrás de ese trabajo. Tras meses de duro trabajo, y cuando llega el momento de la verdad, todos esos puestos de trabajo y salarios se podrían tambalear porque quieren fastidiar a una de esos cientos de personas. Además, no resultan campañas reales de boicot, sino una retahíla de tuits y memes que a las pocas horas dejan de ser Trending Topic, si alcanzan a llegar a ese puesto.
Otra de las críticas que reciben estos intentos de boicot es que no tienen fundamentos, porque sólo se apoyan en opiniones de las personas que, como decíamos antes, en muchas ocasiones son interpretadas por el lado más negativo. Se acusa a estos trabajadores y trabajadoras de hipócritas, de recibir subvenciones o de respirar el aire de los españoles en Madrid, sin embargo, en ninguno de los casos estas personas han mostrado ningún tipo de desprecio por España ni sus habitantes, y además no transmiten ideas que vayan en contra de los Derechos Humanos, como si fuera el caso de un actor o actriz que hiciera declaraciones nazis u homóbofas, por ejemplo.
Todo esto sin contar que poner la zancadilla a una producción de televisión o cine es ponerla a la cultura española en general. Este tipo de industria siempre ha sido muy criticada en España por haber sido más asociada, sobre todo en las últimas décadas, a la izquierda. Pero entonces, ¿qué nos importa, España, o sólo la mitad derecha?