Phoebe Ellis dio un paso drástico a los 22 años: decidió que había llegado el momento para someterse a una costosa cirugía para suprimir sus "pechos adicionales", como ella llamaba a los dos pechos que había desarrollado su cuerpo: cuatro en total.
Su vida había estado marcada por sus cuatro pechos desde que tenía 12 años. Fue en ese momento cuando se le originaron dos bultos del tamaño de una pelota de tenis debajo de la axila izquierda. Tanto ella como sus familiares, en un primer momento, temieron que se tratara de algún tipo de cáncer.
Sin embargo, no tenía que preocuparse, tal y como le señaló su médico: dicho bulto no era de carácter maligno. Sin embargo, tres años después, Phoebe Ellis empezó a notar un crecimiento similar debajo de su brazo derecho.
La joven tuvo que pasar hasta 10 años para recibir un diagnóstico apropiado, pese a la insistencia que mostraba ante los médicos para conocer el verdadero origen del problema. La situación fue tal, que llegó a plantearse el suicidio, mientras que sus médicos se limitaban a decirle que se trataba de un "mero complejo estético".
"Me sentía como un monstruo"
Phoebe relata el fuerte rechazo que sintió por su condición corporal: "Me sentía como un monstruo. Ni siquiera podía mirarme a mí misma porque tenía esas deformidades extrañas. Estaba tan avergonzada pensando que era un bicho raro. tenía miedo de que alguien se enterara de cómo era mi aspecto en realidad. Estaba traumatizada por mi propio cuerpo", expresó al medio británico Unilad.
Su circunstancia le llevó a que su vida sexual se viera gravemente afectada, ya que no se sentía cómoda a la hora de intimar con otros hombres. "No tenía idea de qué eran esas protuberancias extrañas, solo sabía que dolina y que no deberían estar allí. Vivía con mi familia en Estepona, pero volé a mi país para ver a mi médico en el Reino Unido, que nunca había visto algo así".
Sus amigos y familiares reunieron finalmente el dinero que le costaba la operación, ya que su seguro médico no cubría la operación. Finalmente, la joven fue intervenida con éxito y los bultos fueron enviados a un laboratorio para su análisis.
Phoebe descubrió que ese bulto, en realidad, era tejido mamario axilar accesorio. Se trata de una afección que padecen entre el 2% y el 6% de las mujeres en todo el mundo. Una situación que, finalmente, ha podido dejar atrás.