"¡Felipe, coño, divórciate de una vez! ¿Hasta dónde vamos a llegar?". Esas fueron las palabras que el rey emérito pronunció a su hijo, Felipe VI, en un encuentro privado tras la polémica disputa entre las reinas Sofía y Letizia en la catedral de Palma de Mallorca.
La confidencia, que desvela la periodista Pilar Eyre, señala que la situación se fue enfriando en los días posteriores. "El Rey escuchó a quienes le hicieron ver que ese no era el camino, al menos hasta que la heredera cumpla su mayoría de edad, y que más valía intentar un arreglo 'pour la galerie' con el posado a las puertas de la clínica donde lo operaron", asegura en su blog de Lecturas.
Por tanto, los rumores sobre que aquella puesta en escena se pactó se confirmarían. Sería el gesto idóneo para que Letizia se disculpase y evidenciase un gesto de respeto a la madre de su marido Felipe VI.
Según Pilar Eyre, "el Rey tenía interés en que los españoles creyeran que todo iba bien". La intención fue tan evidente, que incluso una persona de Casa Real llegó a ponerse en contacto con varios periodistas (incluida la autora de esta confidencia) para dejar claro que la Reina había accedido a la habitación del monarca y "habían departido cordialmente". Algo que ha sido desmentido en varios medios y que se une a la mala relación que ambos mantienen.
"La Reina Letizia se alegra de los audios de Corinna"
Las palabras del Rey Juan Carlos, que dieron soporte a todo tipo de rumores publicados en varios medios de comunicación, hirieron a la Reina Letizia, que no olvida las peticiones del monarca.
"Aquella frase de Don Juan Carlos hirió profundamente a Letizia hasta el punto de que se habría alegrado de que las conversaciones de Corinna hayan salido a la luz", relata Eyre en su artículo de Lecturas.
A pesar de sus presuntas alegrías, Letizia también teme que el asunto se vuelva en su contra: "Debe sentir cierto temor, ya que le podrían haber grabado conversaciones a ella y a un gran amigo suyo -el compiyogui- en las que no se revela ningún secreto de Estado, pero sí algún chascarrillo que haría peligrar la institución, pero nos proporcionaría momentos de jocoso esparcimiento". La polémica en la Casa Real continúa.