Al menos seis personas han resultado heridas como consecuencia de un supuesto ataque con gas lacrimógeno en el aeropuerto de Frankfurt, Alemania, tal y como han confirmado las autoridades.
La zona más afectada se corresponde con la de la Terminal 1, en la que los responsables soltaron el gas y en donde se produjeron la mayor parte de las intoxicaciones.
Los Servicios de Emergencias que se han desplazado a la zona han tenido que atender a, al menos, seis personas por diversos problemas respiratorios, en uno de los aeropuertos con mayor actividad del país germano.
Las autoridades no han identificado aún a los sospechosos y no descartan cualquier hipótesis sobre las intenciones: "La causa no está clara, las investigaciones continúan".
El ataque tiene especial relevancia por la fecha escogida, 11 de septiembre, en una jornada en la que se mantienen en recuerdo los atentados contra las Torres Gemelas de 2001 que produjeron más de 3.000 muertes.
Según han confirmado las autoridades a última hora, la sustancia no es perjudicial para la salud y la intervención de los Bomberos ya se ha dado por concluida. El registro se ha reabierto y los vuelos han comenzado a circular con absoluta normalidad.
La única sospecha se cierne ahora sobre un hombre de 37 años que padece problemas mentales y que alertó a la Policía de que ocultaba explosivos en una maleta que portaba consigo. Sin embargo, los agentes procedieron a inspeccionarla y comprobaron que en el interior no había ningún artefacto peligroso.
Alemania mantiene el máximo nivel de alerta terrorista después de que el pasado mes de diciembre un camión arrollase a la multitud en el mercado navideño de Breitscheidplatz dejando 12 muertos y 48 heridos. El Daesh se adjudicó la autoría del ataque.