El perro es el mejor amigo del hombre. Una mascota canina llega a convertirse en un miembro más de la familia y es que la compañía y el cariño sincero que aportan no se paga con dinero... como mucho se deja en herencia. Eso precisamente ha pasado en Milán, donde un perrete se ha convertido en un millonario heredero tras la muerte de su dueño.
Pasquale Rizzo, un ricachón de la ciudad italiana falleció recientemente a los 90 años y claro, tras las lágrimas por la pérdida llegan los problemas de herencia. Problemas que en este caso se han resuelto a través de Tor, el afortunado perrete que ha recibido nada más y nada menos que un millón de euros.
Vale, quizás suene un poco a locura, pero para entenderlo primero hay que conocer su historia. Resulta que el señor Rizzo encontró al can cerca de su casa de Milán cuando tenía 83 años. Todos sabemos que a esas edades muchas personas sufren bastante soledad, por lo que el italiano adoptó al perro creando un fuerte vínculo entre ambos.
El perro le salvó la vida
Tan inseparables eran que en 2014, incluso, el perro le salvó la vida a su dueño. Rizzo sufrió un infarto y fue Tor quien, al advertir que no se movía, avisó con sus ladridos a los vecinos, que pudieron llamar a la ambulancia.
Este episodio del infarto y al ver que no tenía ningún pariente cercano, decidió al señor Rizzo a convertir a su perro en el único beneficiario de su testamento. Así, se puso en contacto con su bufete de abogados y les pidió que toda su herencia fuera para Tor, ya que no quería que su mascota acabase malviviendo en un refugio de animales abandonados.
Así, a su muerte, Rizzo dejó en herencia todo el dinero de su cuenta corriente y todas sus posesiones entre las que se encontraban varios apartamentos a su compañero de cuatro patas. Dado que en Italia no es posible que los animales reciban herencias, su abogado puso el caso en manos de la justicia para buscar una albacea que se encaraga de cumplir la voluntad del difunto.
Un amigo de Rizzo, Antonio Zaccagni, fue el designado para ocuparse de Tor y de su herencia. Actualmente el animal vive en una residencia especial donde recibe todas las comodidades y cuidados.
Cuando el perro fallezca, lo que quede de herencia será donado a fundaciones que trabajen por el bienestar de los animales. Por el momento, el amigo de Rizzo, según informa La Reppublica, está buscado una familia para que Tor reciba todo el amor y cariño que se merece. Quién no querría una mascota con semejante cuenta corriente.