Recientemente se publicaba un curioso estudio llevado a cabo desde la Universidad de Wisconsin, la Universidad de Warwick y la Cass Business School, relativo a la brecha salarial. Esta investigación concluyó que hombres y mujeres presentan la misma tendencia a pedir aumentos de sueldo, pero ellas tienen menos posibilidades de que se los concedan. Los datos provienen de una encuesta de condiciones de trabajo australiana, en la que participaron 4.600 trabajadores y 800 empresarios.
Según dicen las y los responsables del estudio, estos datos contrastan con la idea asumida en otras investigaciones de las ciencias sociales que señala que parte de la responsabilidad de que existan diferencias de género en el mundo laboral recae en las decisiones que las mujeres toman. Cómo no, la tendencia siempre es responsabilizar a la víctima, pero vemos que no es así: ellas piden los sueldos que consideran justos para su trabajo, pero no les son concedidos. Además, esta conducta de pedir mejoras salariales no depende ni del tipo de trabajo, ni su formación, ni su estado civil.
Por ello, desde BBC han querido ir más al fondo de esta cuestión y han dedicado un programa a preguntar a las mujeres por sus experiencias pidiendo aumentos de sueldo. Algunas de las entrevistadas dejaron su trabajo, encontrando ofertas mejores o quedándose en el paro, pues no soportaron que fueran pisoteadas de esa manera. Sobre todo, porque alguna de ellas veía que tenían compañeros masculinos que sí recibían mayor salario por el mismo trabajo.
Desde el medio británico hicieron, entonces, una recopilación de las peores excusas que habían recibido diferentes mujeres para no darles el aumento de sueldo. Los resultados son para reírse por no llorar:
8 No nos lo podemos permitir
La típica: no eres tú, soy yo. Es que no puedo, de verdad. ¿Las ganancias de este año en la empresa? Ya las tenemos prácticamente invertidas.
7 Te cambiaremos las responsabilidades
Al final vas a trabajar lo mismo por lo mismo. Un vendehumos.
6 Estamos estudiándolo
Otro vendehumos para que nos dejes en paz unos meses. La próxima vez que lo pidas, te daremos alguna de las otras excusas. Mira todas las que tenemos para elegir.
5 Tiene que ver con otros factores
¿Cuáles, exactamente? Quizá no os lo podáis permitir. Ahá.
4 No tenemos un registro de los pagos
¿?¿?¿?¿??¿??¿?
3 Sin respuesta
Sin comentarios.
2 Es imposible que podamos comparar tu experiencia con la de tus compañeros hombres
Como decía Homer Simpson: Si no lo veo, no es ilegal. No podemos asegurar que trabajes tanto o más que ellos, así que ante la duda te quedas con tu sueldo de mier... da.
1 Es que ellos tienen esposas que mantener
Esta es, sin duda, la más horrible excusa que podamos haber oído nunca. Es graciosa, porque proviene de una mujer que trabajaba en una universidad, y a su compañero le pagaban más por el mismo trabajo. Cuando su jefa (mujer) le dijo que él necesitaba más dinero porque tenía que mantener a su esposa (¡Oh, Dios mío! Al final las empresas sí que son almas caritativas!), ella dijo que era una madre separada con un hijo discapacitado.
La brecha salarial en España y Europa
Según los datos de la brecha salarial, las mujeres trabajan gratis desde el 2 de noviembre hasta el 31 de diciembre, un total de 58 días al año. Esto, traducido a porcentajes, quiere decir que las mujeres europeas cobran en torno a un 16% menos que los hombres, y en España es peor aún: alcanzó un pico del 24% a principios de 2016.
Pero, ¿es que en nuestros contratos figura menos dinero que en el de los hombres? Depende, hay trabajos en los que sí, pero este porcentaje se refiere a un cálculo medio, causado por las condiciones de trabajo que, en general, tienen de diferentes las mujeres. Ellas se ven obligadas a reducir sus jornadas para poder cuidar de niños y/o personas dependientes. Tienen mayor dificultad para acceder a puestos de trabajo, y acaban cayendo en la espiral del trabajo temporal y precario. Además, los sectores profesionales donde clásicamente se han tenido sueldos más altos, están masculinizados.
En total, tenemos una media de ingresos más bajos en la población femenina, y este es uno de los múltiples factores que contribuyen a la llamada feminización de la pobreza. ¿Quiénes eran los que decían que ya habíamos alcanzado la igualdad?