Si eres cristiano quizá te hayas preguntado alguna vez qué pensaba Jesucristo de las mujeres; y si eres ateo, musulmán, judío o agnóstico también, ya que a todos nos interesa conocer la opinión de uno de los personajes más importantes de la historia. Sin embargo, poco se conoce de lo que Jesús opinaba del género femenino, ya que en los evangelios, los distintos discípulos se encargaron de no mencionar a las mujeres, aunque como asegura el escritor Enzo Bianchi en su libro 'Jesús y las mujeres', que estas no apareciesen en los escritos no quiere decir que no formasen parte del movimiento iniciado por el Mesías. "Es necesario que nosotros los lectores, no deduzcamos la ausencia de las mujeres cuando no se las menciona, ni demos por seguro su silencio cuando no se recuerdan sus palabras", explica el escritor.
Y es que en aquella época, como en posteriores, las mujeres eran relegadas a un plano casi inexistente, ya que fueron ignoradas tanto en la tradición escrita como oral. Mientras, los hombres eran los únicos autorizados para interpretar la historia. por este motivo, cuenta Bianchi, podemos pensar que Jesús no tenía en cuenta a las mujeres, pero el escritor defiende que es todo lo contrario. "La actitud de Cristo frente a las mujeres fue insólita y transgresora pero la tradición borró este hecho", garantiza Bianchi.
El escritor acepta este hecho después de haber analizado en profundidad los distintos evangelios y presenta distintos ejemplos que considera que dan cuenta de lo que el llama 'actitud transgresora' de Jesús.
1 Jesús también tuvo discípulas
La mujer más conocida en el entorno de Jesús, además de su madre María, fue María Magdalena. De ella se ha especulado mucho y en la mayoría de ocasiones se ha devaluado su imagen. Ahora, gracias la película 'María Magdalena' podemos acercanos más a esta figura histórica y conocer los hechos desde su pespectiva. Según Bianchi, María Magdalena fue una discípula de Jesús aunque los evangelistas no diesen cuenta de ello, ya que en ningún momento mencionan la palabra 'discípula'. Es decir, en los textos de los evangelistas ninguno de ellos da cuenta de que a Jesús tambien le seguían mujeres.
Sin embargo, Bianchi explica que sí existen pruebas de que para Jesús las mujeres también podían seguir su fe, como son los estudios de John P. Meier y Guseppe Barbaglio. Silenciar a las mujeres en los evangelios, cuenta Bianchi, tiene que ver con que en el judaísmo está prohibido que las mujeres sigan a los rabinos: "era improcedente y vergonzoso que un rabino enseñase a las mujeres cosas de Dios".
2 Las palabras de una mujer hicieron que Jesús ayudase a todo el mundo
Es conocido el pasaje en el que una mujer extranjera le pide a Jesús que libere a su hija del demonio puesto que estaba poseída, pero el Mesías se niega a hacerlo porque esta es extranjera. "No es hija de Israel ni por origen ni por cultura", cuentan los evangelios que le espetó Jesús. Además también le habría dicho que dejase que "primero se sacien los hijos de Israel porque no está bien tomar el pan de los hijos para echárselo a los perrillos (refiriéndose a los extranjeros)". Ante estas palabras la mujer se atrevió a replicarle y le dijo "es verdad, señor, pero los perrillos debajo de la mesa comen de las migajas de los hijos".
Así, la mujer consiguió que Jesús se retractase y le dise la razón. Pues esta habría argumentado tan bien que hizo pensar al hijo de Dios. Según Bianchi, la mujer hizo que Jesús fuese más solidario ya que "modificó el sentido de su misión". Y es que Jesús no estaba dispuesto a ayudar a extranjeros o paganos. Por lo tanto reconoció de manera pública que una mujer tenía razón y sería a partir de ese momento cuando sus cuidados y curaciones no entenderían de raza.
3 Jesús defendió la presencia de las mujeres en la vida pública
Otro hecho que resulta muy importante para Bianchi es que Jesús defendió la presencia de las mujeres en la vida pública. Para mostrar esto hace referencia a un pasaje en el que María Magdalena y su hermana Marta se encuentran con Jesús y Marta reprocha a María Magdalena que se dedique al estudio y a ser una discípula en lugar de dedicarse al cuidado de su casa.
Ante esta situación Jesús le habría reprochado a Marta sus palabras, ya que según explica Bianchi, este defendía la simultaneidad de las dos esferas, tanto la pública como la privada. También le habría dicho que nadie debería renunciar a la vida contemplativa y que todos debían cuidar de los otros: "Escucha y servicio están ambos en el espacio del amor al señor y aislados o contrapuestos no generan vida cristiana, sino vida privilegiada o alienada", defiende Biacnchi.
4 Se saltó la ley máxima de los rabinos para ayudar a una mujer que tenía la menstruación
En la Torá la menstruación parece cosa del demonio. Tener la regla según el judaísmo es estar impura, es decir, la mujer durante unos días está corrompida. El desprecio llega hasta tal punto que durante los días en los que tenga la menstruación "la cama y los muebles en los que se sienten serán impuros", dice Bianchi. Mientras que tampoco pueden relacionarse con normalidad porque según el Talmud (el principal texto de los rabinos) si esta pasa entre dos hombres, si es al comienzo del ciclo matará a uno y si es al final provocará una discusión entre los dos.
Por este motivo para Biachi resulta primordial recordar el pasaje en el que Jesús cura a una mujer cuyo periodo era irregular y cuya vida había sido sufrida como consecuencia de los fuertes dolores que padeció durante 12 años seguidos.