La famosa pastillita azul ha sido la alternativa más utilizada para resolver los problemas de erección. La disfunción eréctil es un problema que afecta al 40% de los hombres mayores de 40 años, y aunque la viagra es la mejor opción para paliar el problema, un tercio de los hombres no responden ante este tratamiento. Además, este famoso remedio también es conocido por las peligrosas consecuencias que tiene un mal uso de ella.
También es cierto que los problemas de erección no solo se deben a causas naturales, ya que están aquellos casos en los que por problemas de salud, los afectados se tuvieron que someter a cirugías que acabaron con su capacidad eréctil. Desde la revista Medial Xpress defienden precisamente la necesidad de un remedio para este tipo de casos, exponiendo un símil: si las mujeres tiene medios para reconstruir su pecho después de una operación de cáncer de mama, estaría bien que existiese un método que reconstruyese el pene después de una intervención. Sus peticiones han sido escuchadas, y desde las universidades de Northwestern y Southern Illinois llega el "pene biónico".
Aunque parezca cosa de chiste, el invento ha sido calificado así por varias revistas inglesas, donde el artilugio se ha vuelto más que popular. El artículo original ha sido publicado en la revista Urology, donde sus creadores, Brian Le, Alberto Colombo, Kevin Mckennna y Kevin McVary, exponen las líneas principales del prototipo.
El dispositivo está compuesto por nitinol, una aleación de níquel y titanio flexible y con forma curva, para adaptarse a la perfección a la forma de pene. Cuando este aparato detecta calor, la aleación se yergue automáticamente, de forma que si un hombre se excita, su miembro responda de esta manera 'natural'.
Aunque el invento nos parece una gran alternativa a la viagra, no podemos evitar encontrar pequeños fallos: ¿en verano que pasará? ¿tendrán que ir con pantalón por la playa? ¿se pasarán al nudismo para lucir su 'modelito? ¿y en la ducha? ¿estarán condenados a bañarse con agua fría de por vida?
Nosotros no somos los únicos que hemos reparado en estas cuestiones, sus inventores también. Por ello, los investigadores están buscando la forma de lograr que el 'pene biónico' incluya una especie de control remoto y se active con solo pulsar un botón.
Su implantación se realizará mediante una pequeña cirugía, la cual no supondrá grandes complicaciones: "Tenemos la esperanza de que, con un dispositivo mejor, una mejor experiencia del paciente y una cirugía más sencilla, los urólogos podrán llevar a cabo esta operación y los pacientes se animarán a probar el dispositivo", afirma Brian Le, el principal autor del estudio.
El aparato aun no ha sido probado en seres humanos y se encuentra en fase de desarrollo, pero esperan que en un plazo de 5 a 10 años el 'pene biónico' esté en el mercado.