La noticia de la que vamos a hablar hoy bien podría ser una novela policíaca, o una película de thriller. Pero no: se trata de hechos reales. Porque la joven que ha tenido que sufrir todo esto en sus propias carnes no podrá olvidar jamás todo lo sucedido, por desgracia.
Todo comenzó con un empresario del sector de la construcción que reside en Lugo y que, al parecer, realizó una llamada a un policía que estaba relacionado con el club Queen's (de la misma localidad).
"Tengo un problema muy gordo, y hay que arreglarlo como sea", le dijo. Su 'problema' era que había dejado embarazada a una joven prostituta de tan solo dieciocho años de este club, debido al empeño que siempre tenía en practicar relaciones sexuales sin que hubiera preservativo de por medio. Pese a saber los riesgos que eso conllevaba, quiso continuar realizando esta práctica: finalmente acabó embarazada.
A pesar de todo, él dejó patente su desinterés en hacerse cargo de un bebé de su hijo, al contrario de la madre. Sin embargo, el nacimiento del bebé supondría admitir que había tenido un hijo con una profesional del sexo , lo que implicaba poner en peligro su matrimonio...
Por ello, el proxeneta decidió conservar a su cliente con la siguiente decisión: obligó a la mujer a practicar el aborto, contra su voluntad, forzada y sin que pudiera defenderse.
Un aborto sin consentimiento y sin anestesia
El lunes seis de abril del año 2009, a las ocho de la tarde, la chica fue obligada a acudir a una clínica ginecológica de Lugo sin ningún tipo de licencia. Según ella misma contó, fue obligada a abortar bajo coacción y amenaza, y temiendo incluso por su propia vida; además, este aborto se practicó sin que hubiera anestesia de por medio, con todo el dolor que esto implica para la mujer. Pero, al parecer, todo esto no fue suficiente.
El ginecólogo también la obligó a sostener el material quirúrgico con sus propias manos mientras le practicaba la interrupción del embarazo, puesto que no había nadie del equipo de enfermería presente.
La chica en cuestión declaró, ante la jueza Pilar de Lara, que sentía literalmente como si el médico le estuviera "arrancando la piel". La Justicia ha tardado nueve años en darle una respuesta a esta joven; el fiscal solicita que tanto el médico como el empresario y el proxeneta cumplan cuatro años y medio de prisión.
Estamos hablando de uno de los episodios de la mayor operación que se ha llevado a cabo en España contra la prostitución, conocida como 'Operación Carioca', que cuenta con casi cien imputados y cerca de cuatrocientos testigos.
Hay una enorme cantidad de pruebas contra los principales acusados, desde informes forenses hasta una cinta en la que escucha a R.L.L.T., el empresario, hablando por teléfono sobre lo preocupada que está su mujer al respecto. Además, se escucha a José Manuel García Adán, el jefe del club, señalando que "las mujeres son unas guarras", y que lo único que esta joven quería era "joderle un cliente". Adán fue condenado en 2014 a veintiún años de prisión por haber maltratado de forma continuada a la que por entonces era su esposa.
Este pinchazo telefónico fue una de las pruebas fundamentales del caso, puesto que se puede escuchar cómo Adán relata los hechos. Habla sobre cómo la forzó a abortar, y sobre por qué se decidió a ayudar al empresario: "folla aquí, y tengo que preocuparme de mis clientes".
"Lo más normal es que te pongas un condón para no tener problemas", le indicó el proxeneta, pese a saber perfectamente que la chica no usó condón porque el cliente no se lo permitió. Y la única opción que tenía para conseguir el dinero (y para que no le riñeran posteriormente) era ceder al chantaje.
Fue este proxeneta el que habló con "un ginecólogo amigo", el que fijó la cita y el que pidió a su hija menor de edad que acompañara a la prostituta. No obstante, la dejaron sola durante todo el proceso con el médico, que "carecía de los medios sanitarios adecuados". No hubo consentimiento por parte de la joven, pero, aún así, se "puso fin al embarazo por el método de la aspiración endouterina, destruyendo el producto de la concepcisón sin usar anestésico alguno".
Un caso de machismo atroz
La joven estaba muy ilusionada con ese bebé, según comentó una de las mujeres que trabajaba con ella en el club (y que llevaba ejerciendo la prostitución desde antes de cumplir la mayoría de edad).
Además, conocía bien al hombre que la había dejado embarazada, puesto que era un cliente habitual. Aquí cabría preguntarse si pudiéramos estar ante otro délito, puesto que la joven tenía dieciocho años cuando todo sucedió. ¿La obligaron a prostituirse también siendo menor de edad?
El médico, que responde a las siglas de C.J.A.M., le explicó a la joven que la intervención sería breve y no se extendería más de quince minutos, pero ella aseguró que le parecieron horas.
La máquina "funcionaba con agua, pero el agua fallaba y el médico daba golpecitos" y, mientras se sucedían estos golpes, ella tenía que "agarrar la cánula y el succionador". No pudo evitar chillar de dolor, y el ginecólogo le señaló, de malas maneras: "¡joder! Eres la chica más quejica que he tenido".
Cuando todo por fin finalizó, la joven volvió a su casa y el proxeneta se encargó de "tranquilizar" a su cliente. En el año 2009, cuando estalló la Operación Carioca, los tres fueron arrestados y cumplieron la privisón provisional, pero ahora el Ministerio Público ve posible reclamar las penas.
La joven huyó a Murcia, comenzó a trabajar en otro prostíbulo y comenzó a sangrar; fue entonces cuando, en el hospital, le dijeron que el ginecólogo que la había atendido en Lugo había dejado algo de placenta dentro. Tras esto, regresó a Galicia y se dedicó a estudiar.