Nos encantan. Si entramos en Instagram, vemos a alguien por la calle o tenemos la oportunidad de conseguir uno no lo dudamos: los perros del tamaño de una mano nos pierden.
Cuanto más pequeños y adorables mejor, todo finalmente queda en la estética y un perro de minúsculas dimensiones se asemeja más a un peluche y es más adorable. Sin embargo... quizás la mascota no esté en muy buenas condiciones.
Los perros llamados 'del tamaño de una taza' por su analogía en tamaño, suelen alcanzar grandes sumas de dinero en el mercado, por su atractivo. La codicia y las ganas de vender y vender, llevan a algunos cuidadores faltos de escrúpulos están jugando con la salud de los animales con el fin de asegurarse los bolsillos bien llenos a final de mes.
Detrás de un aspecto hermoso y un complemento muy atractivo para personalidades como Paris Hilton o (más cañí) Aless Gibaja, nos encontramos con mascotas con problemas como malformaciones (enanismo o huesos frágiles), enfermedades graves (problemas respiratorios, defectos congénitos, fallo de órganos vitales) o trastornos del comportamiento que pueden dificultar enormemente la vida de los canes.
El problema de todo ello, además, es que al ser vistos como muñecos, no terminan recibiendo los cuidados que, en realidad, necesitan como mascotas que son. Todo ello desemboca en que no ejercitan todo lo necesario o en que se ven incapaces de comunicarse con otros seres de la misma especie.
La moda nació en Corea del Sur, pero se extendió rápidamente 'gracias' a todas las celebrities que las lucían como si de un objeto se tratase. Ahora, las asociaciones animalistas reclaman concienciación ante este tipo de casos.
"Aunque parezcan diminutos, estos perritos tienen una capacidad de sufrimiento enorme", ha confirmado la directosa de comunicación de Humane Society International al diario The Independent. "Es más, su tamaño diminuto supone una miseria para estos pequeños cachorros, en lo que se está convirtiendo ya en una preocupante tendencia", recuerda esta activista.
Por todo ello, los compradores deberían comprobar que la mascota no ha sido alterada en ningún momento y que tiene un desarrollo y estructura adecuada a su edad. Se trata de un gesto que puede evitar el sufrimiento de muchos animales. Muchos dueños han comprobado cómo sus mascotas morían al poco de llegar a sus casas ante la imposibilidad de superar los daños que habían sufrido.
Por todo ello, lo mejor es tener cuidado y, sobre todo, adoptar y no comprar mascotas.
