Borja Escalona vuelve a hacer de las suyas. El controvertido youtuber conocido por tratar de robar en establecimientos y amenazar a sus trabajadores ha encontrado un nuevo enfrentamiento con el que dar que hablar, pero esta vez le ha salido más caro de lo que está acostumbrado.
Su último blanco ha sido Luisa Garrido, una youtuber de los oscuros trasfondos de Internet que primero se declaró "fan de Franco y antigay" y luego "activista por los derechos LGTBI". De hecho, así lo refleja el fondo de su canal de Tiwtch, en el que se aprecia la bandera del colectivo.
La cosa comienza cuando Escalona amenaza a Garrido con romper los cristales de su casa, aunque luego dijo su típico "no, que es broma". Sin embargo, de poco le sirvió a la aludida la justificación, pues se ha podido comprobar que no le hizo mucha gracia. Más bien, ninguna.
Aprovechando que Escalona estaba en Valencia, ella prefirió contestarle directamente en persona. Y como no hay que dejar para mañana lo que puedes hacer hoy, a las 23:30 de la noche se presentó en la urbanización donde el madrileño se alojaba para cantarle las cuarenta con floridos insultos. El provocador salió a la calle y le contestó también con insultos varios. La batalla de gallitos terminó cuando llegó la policía.
Luisa Garrido estuvo avispada pues, desde el primer momento, inició un directo en su cuenta de Instagram para quedar evidencia de lo que estaba ocurriendo. Este hecho es precisamente lo que ha desmentido la versión de la amiga de Borja Escalona, que ha difundido bulos como que Garrido pegó una patada a la puerta o que entró en su casa a la fuerza.
Esta ridícula pelea ha protagonizado el último cotilleo escabroso que se ha viralizado en Twitter, donde varios usuarios han hecho hilos comentando partes del directo de Luisa Garrido, tanto para explicar lo que pasaba como para burlarse de ambos:
HILO DE MEJORES MOMENTOS DEL DIRECTO DE LUISA GARRIDO VS. BORJA ESCALONA???? pic.twitter.com/dSmHNfoxtY
— Á????o?? (@rrooooaaa_) November 16, 2022
La versión de Borja Escalona
El polémico youtuber parece tener una adicción a tener la última palabra y esta vez no ha sido menos. De hecho, más que la última palabra, en esta ocasión ha tenido un monólogo de 30 minutos explicando la situación. Según ha dicho, estaba en Valencia porque tenía que ir a los juzgados de Arganda, dato curioso cuanto menos si tenemos en cuenta que entre una localidad y otra hay más de 300 kilómetros.
Como no podía ser de otra manera, el vídeo está acompañado de las lágrimas de cocodrilo que ya hemos visto en él muchas veces. Además, ha narrado que, una vez más, todo estaba bajo el telón de su modus operandi: "quería generar otro beef, que es lo que da dinerito". ¿Cuánto más tiene que perder para darse cuenta de que no es la mejor manera de ganarse la vida? Factura ya le está pasando y no metafóricamente hablando.