Semana negra para el Partido Socialista Obrero Español. Sus malos resultados en las elecciones gallegas y vascas tuvieron unas terribles consecuencias que nadie esperaba. El pasado miércoles 28 de septiembre, una gran parte de la Ejecutiva socialista presentó su dimisión en bloque para provocar la destitución de Pedro Sánchez. El andaluz Antonio Pradas fue el encargado de presentar formalmente en Ferraz las renuncias de 17 miembros que suponen la mitad más uno de la Ejecutiva del PSOE.
A lo largo de las últimas horas, Pedro Sánchez se ha aferrado a su puesto como Secretario General, frente al PSOE. Sin embargo, el núcleo crítico señala que está incumpliendo las normas internas. Verónica Pérez, secretaria general del PSOE en Sevilla convocó a los periodistas a la mañana siguiente de las renuncias para proclamarse única autoridad del partido: "en este momento la única autoridad que existe en el PSOE es la presidenta del Comité Federal que, les guste o no a algunos, soy yo". Además, anunció la convocatoria de la Comisión Federal de Ética y Garantías para que dirima la situación existente en el partido.
Los tres miembros críticos de esta comision, que suponen la mayoría del organismo, han evaluado la situación y, de acuerdo a los estatutos del partido, han considerado que la ejecutiva federal está disuelta tras la dimisión de la mayoría de sus miembos, por lo que han solicitado que el comité Federal, que se celebrará este sábado, designe a los miembros de una comisión gestora.
La comparecencia de Pedro Sánchez
En la tarde del 30 de septimebre, Pedro Sánchez ha comparecido ante los medios para aclarar su postura y el futuro del partido. Ha empezado agradeciendo las múltiples muestras de apoyo ya que comparte "el desgarro que sufren muchos progresitas ante la delicada situación". Su discurso ha estado enteramento apoyado en el papel de la militancia: "Fui el primer secretario general del PSOE elegido por la militancia y voy a defender que la puerta abierta a la militancia no vuelva nunca a cerrarse".
Sus palabras se han encamitado a enfocar los dos sectores que hay en el PSOE y que, según el socialista, se basan en el "no" a Mariano Rajoy o en la abstención a un gobierno del Partido Popular: "El Comité Federal de mañana puede cambiar y pasar a la abstención para que gobierne Mariano Rajoy y quiero advierto del error. La abstención abriria la legisatura del chantaje".
Tras subrayar que no se debe quitar la voz a la militancia y que España no se merece cuatro años más de Rajoy, al que ha acusado de no ser capaz de dialogar ni de llegar a acuerdos, ha dejado clara su postura: "Si el Comité Federal pasa a la abstención, yo no podré administrar una decisión que no comparto".
¿Qué bandos hay en el PSOE?
El Partido Socialista presenta una fuerte división interna entre dos bandos. Por un lado se encuentran los contrarios a Pedro Sánchez, encabezados por el PSOE andaluz y por los barones (presidentes) autonómicos y con Felipe González como miembro de honor, el cual ha apostado en varias ocasiones de forma abierta por la abstención y ha puesto en duda las estrategias del secretario general.
Por otro lado, Pedro Sánchez cuenta con fuertes partidarios dentro del partido y, además, no hay que olvidar que fue elegido por las bases, por lo que los socialistas se arriesgan a desobedecer sus deseos. No obstante, esto no ha evitado que Sánchez se gane una imagen de justiciero de lo imposible en su cruzada casi obsesiva contra Rajoy.
¿Qué se le echa en cara a Pedro Sánchez?
Fundamentalmente, los malos resultados electorales de las dos últimas generales y de las elecciones autonómicas de Galicia y País Vasco, celebradas el pasado 25-S. El PSOE, con 85 diputados obtenidos en las generales de este año, ha tocado fondo a nivel nacional; al igual que ha ocurrido en ambas Comunidades Autónomas (con excepción del País Vasco, donde la semana pasada igualaron el resultado obtenido en las primeras elecciones celebradas en 1980).
Del mismo modo, los resultados en el resto de autonomías y ayuntamientos también han sido bastante desfavorecedores para el PSOE de Sánchez. La irrupción en escena de Podemos, su unión con IU y la mala imagen que se arrastra desde la era Zapatero, además de un contexto de tensión por la ausencia de gobierno nacional, han sido factores fundamentales para este declive.
