Pebbles, el perro más viejo del mundo, ha fallecido a los 22 años en su residencia de Carolina del Sur (Estados Unidos), acompañado por su familia. Su muerte ha generado un gran impacto en redes sociales y medio estadounidenses, arrebatándole la actualidad canina a los perros corrí de la Reina Isabel II.
Los dueños de Pebbles, Bobby y Julie, confiesan que cuando tomaron la decisión de comprar un perro tenían en mente una raza grande pero que, cuando vieron a Pebbles, se dieron cuenta de que estaban destinados a vivir juntos pese a que se trataba de una raza Tom Fox Terrier, uno de los más pequeños de la raza Fox Terrier.
Pebbles fue muy querido por sus dueños, a los que hizo muy feliz durante su vida: "Pasaba sus días disfrutando de la música country y siendo muy querido". Aseguran, además, que Pebbles no era un perro cualquiera: "No era un perro más, tenía su propia personalidad y todos los que la conocieron la adoraban".
Su llegada a la fama
El can llegó a la fama a los 21 años, cuando sus dueños contactaron con el Premio Guinness de los Récords para presentarle como el perro más longevo del mundo al ver que superaba en edad a otro perro, llamado TobyKeith, al cual acababan de otorgar dicho reconocimiento.
"Bobby estaba sentado en el sofá conmigo y empezamos a recibir mensajes de texto y llamadas sobre una historia que vieron sobre un perro de 21 años que obtuvo el récord", explica Julie. El 17 de mayo de 2022 le dieron el título y el lunes 3 de octubre, cuando estaba a 5 meses de cumplir 23 años, falleció.
Pebbles dio a luz tres veces y tuvo 32 cachorros que descendían de su compañero de vida, Rocky, que falleció en 2017, a los 16 años. Generalmente, los perros de esta raza tienen una vida media de 12 ó 14 años y los expertos no saben explicar su longevidad, aunque sus rutinas y dietas pueden estar detrás de las causas.